Últimos estertores

Las encuestas anticipan que los candidatos del partido guinda perderán la mayoría de las posiciones, y eso ha acrecentado la desesperación de la corrupta Tía Rata…

“¿Y qué pasará si la Tía Rata sufre una derrota estrepitosa en las elecciones del próximo domingo?”, pregunta intrigado don Memín a su cliente habitual, mientras le despliega el periódico donde se publican las encuestas más recientes, en que se anticipa la derrota de los abanderados guindas.

—“Depende de qué posiciones estamos hablando, —responde pacientemente don Julián, mientras le echa un vistazo a las referidas publicaciones. Por ejemplo, si es con las alcaldías no pasa nada. Son posiciones muy endebles, y dependiendo de si les abres o les cierras el presupuesto, puedes tener a los presidentes contigo o contra ti”.

“Lo que vimos en los últimos tres años, es que la corrupta hija del Sátrapa Negro le abrió la llave a todos los alcaldes, menos a la de la capital, a la preciosa Bibiana, a quien castigó para doblegarla y obligarla a renunciar a su partido naranja a cambio de impunidad, de mucho dinero para ella, siempre que le permitiera al Tarado sin Cerebro expandir el negocio de los permisos y los moches hasta la ciudad capital”.

“Eso que pregona la loca de Palacio de que es muy honesta y no ha robado nada no se lo cree ni su abuela. Es tan pilla como su papá, o peor, sólo que sabe esconder la mano y usa a su sobrino el Tarado sin Cerebro para hacer los negocios, para pedir los moches y para enviar el dinero a los paraísos fiscales. Les hace falta controlar la capital para hacer más lana”, explica el viejo charlista.

Don Memín concluye entonces que la prioridad es controlar el Congreso, pero cuestiona: “También los diputados tienen un precio. Vea usted cuántos se vendieron esta vez, sean tricolores o guindas, se dejaron sobornar y terminaron apoyando a la corrupta gobernanta”.

—“Son estrategias que se han aplicado siempre y en todas partes. Por eso es importante que los que quieran ser diputados firmen ante notario que no van a claudicar, que no se van a vender y que si renuncian a su partido, que también renuncien a la posición que ostentan. Es un compromiso que se debe establecer en al ley”, sugiere el exsirviente de la mansión blanca del Sátrapa Negro.

“La gobernanta sabe que sus días están contados, que la rebelión del pueblo ahora se traducirá en votos de castigo en las urnas, por eso está desesperada, son sus últimos estertores, las patadas finales del dinosaurio que está a punto de caer. Todos debemos colaborar con nuestro voto para que esa corrupta dinosauria se extinga para siempre”, sugirió.