Triste papel desempeña Laura Sansores San Román, hermanita de la principal mapacha morenista que es la gobernadora Layda Elena, al utilizar el DIF Estatal para la compra de votos…
Las imágenes que se difundieron en las redes sociales de TRIBUNA no dejan lugar a dudas: la oficina central del Programa para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF), está convertida en una de los principales centros mapacheriles para recaudar votos a favor de Morena.
No ha habido ningún pronunciamiento de las autoridades electorales respecto a esa evidencia de compra de votos, lo que constituye un grave delito electoral, como tampoco lo ha habido respecto a la frecuente detención de vehículos particulares con paquetes electorales en su interior sin vigilancia policiaca ni representantes de partidos, lo que nos habla que estamos ante una elección de Estado.
Triste el papel que desempeña Laura Sansores San Román, hermanita de la principal mapacha morenista, que es la gobernadora Layda Elena, quien sabe que solamente con la compra de votos podrá rescatar algo en los comicios de este domingo.
El DIF Estatal ha dejado de ser lo que durante varias décadas era para las personas más vulnerables de Campeche. Ahí se les proveía de medicinas, despensas, apoyos diversos como sillas de ruedas, aparatos ortopédicos, visuales o auditivos y hasta había comederos públicos en las zonas más pobres de la entidad, a fin de atacar los índices de desnutrición. Nada de eso existe ya.
El DIF Estatal es la oficina de fachada que tiene Laura Sansores para los asuntos turbios de su hermana, la gobernadora Layda Elena. Sea para simular que se ejercen los millonarios presupuestos de esa institución para atender a los sectores vulnerables, cuando en realidad el dinero se va a cuentas particulares, o para aprovechar el listado de ciudadanos que han ido a solicitar apoyos diversos, para el clientelismo electoral.
Lo visto hace unos días en la llamada “Mansión Carbajal”, donde se ubican las oficinas del DIF Estatal, es algo que dibuja con precisión lo que está sucediendo en Campeche, a escasas horas de que los campechanos acudamos a las urnas a votar.
Todas las dependencias del Gobierno se han dedicado a ejercer sus recursos para asegurarse votos a favor de Morena. El Instituto Nacional de Pesca, que todo el año no apoyó a ningún pescador, ahora de repente se acordó de ellos y les dio despensas y efectivo como apoyo “por veda y bajas capturas”. Lo mismo pasa en Desarrollo Rural, en Bienestar, en la Sedeco, en todas partes. Están volcados repartiendo dinero para comprar votos. Y las autoridades nada dicen.
A cuatro días de las elecciones, la gobernadora Layda Sansores le ordenó a su hermana Laura, directora del DIF Estatal, que entregue apoyos, despensas y dinero en efectivo, a cambio de que voten por los candidatos de Morena.
Mujeres, varones y adultos mayores hicieron fila para ingresar a las oficinas del organismo, recibir el apoyo y el “exhorto” a sufragar a favor de la causa guinda.
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