Ni la gobernadora Sansores, ni la secretaria de Protección Civil, Bertha Pérez, tomaron las previsiones a tiempo para evitar afectaciones a la población civil por el paso de la tormenta tropical Alberto.
El Gobierno de la inhumana, insensible y arbitraria Layda Elena Sansores San Román dio una nuestra más de su incapacidad, ineptitud y negligencia tras el paso de la tormenta tropical Alberto, al no tomar las previsiones correspondientes ni generar la información oportuna a la población civil.
Desafortunadamente se reportó el fallecimiento de un pescador y aún es pronto para estimar a cuánto ascenderán las pérdidas materiales, pero lo cierto es que se dejó a las comunidades con mayor riesgo, literalmente, a la buena de Dios.
En su calidad de presidenta del Consejo Estatal de Protección Civil, la gobernadora Sansores debió convocar a sesión permanente desde el momento mismo en que se generaron las primeras alertas y solicitar a los consejos municipales de las zonas con más riesgo a qué hagan lo propio y tomen las medidas necesarias para proteger a la población.
Pero no, mientras que gran parte de la geografía estatal empezaba a resentir los estragos de las primeras precipitaciones pluviales, la mandataria se dedicó a disfrutar su fin de semana y el domingo hasta fungió en calidad de anfitriona del gobernador electo de Yucatán, el Huacho Mena, con quien acudió a un concierto en el Teatro Toro.
Y bien dicen que cuando la cabeza no funciona, el resto del cuerpo está en las mismas condiciones, y es por eso que la improvisada secretaria de Protección Civil, Bertha Pérez, tampoco se preocupó por habilitar a tiempo los refugios temporales en los Municipios que presentaban mayor peligro principalmente Carmen, al que una vez más el Gobierno laydista le demostró su desdén, al abandonarlo a su suerte a pesar de que fueron los votantes carmelos quienes la salvaron en la pasada elección.
Mientras que los anteriores “gobiernos estatales corruptos” se ocupaban en generar información apropiada y disponer a tiempo de las medidas de protección a la población civil, en la “administración transformadora” de Layda Sansores no se sacaron a tiempo ni las banderas de alertamiento que ya identifican con precisión los campechanos, debido a las experiencias de años anteriores.
Hay que destacar que hacía muchos años que Campeche no enfrentaba un peligro tan inminente como el paso del ciclón Alberto, por una buena parte de la geografía estatal, y no quisiéramos pensar que ese infortunio sea culpa de la mala estrella de la gobernadora Sansores, ya que estos fenómenos son impredecibles.
Lo que sí debemos advertir es que el pésimo manejo que el Gobierno Estatal le dio al evento, nos debe llevar a tomar las previsiones por nuestra cuenta para casos futuros. ya que la negligencia y la ineptitud es la característica más común del grupo que tiene en sus manos la conducción del Estado, dedicados más a las frivolidades y a sus venganzas políticas, que a sus obligaciones constitucionales.
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