Para tratar de reconstruir su imagen muy dañada luego de tres meses de protesta de los policías valientes, la negligente Marcela Muñoz armó un show para tomarse fotos regalando despensas…
Al mismo tiempo que ejecuta sus venganzas personales desde la Comisión de Honor y Justicia de la Secretaría de Protección y Seguridad Ciudadana, para cesar de manera definitiva a las mujeres valientes que desde el pasado 16 de marzo se encuentran en rebelión, la guanajuatense Marcela Muñoz Martínez intenta rescatar algo del respaldo ciudadano con acciones populistas.
De la mano de sus comandantes foráneos, la negligente y corrupta funcionaria armó todo un teatro en la Unidad Habitacional Siglo XXI para entregar despensas a las familias de esa zona, en donde también se realizaron labores de desalojo del agua que permaneció encharcada durante más de una semana.
Con su impermeable amarillo, paraguas, botas especiales y todos los implementos necesarios para no sufrir algún percance —todo lo cual le ha negado por cierto a los policías rebeldes que sí estuvieron en labores de rescate reales, no sobreactuados—, Muñoz Martínez se dejó fotografiar saludando y besando en los cachetes a varias personas que también se prestaron a la farsa.
Con la intención obvia de borrar de su mente esos gritos de “Fuera Marcela”, “Fuera Marcela”, que miles de campechanos pronunciaron en las marchas realizadas hace unas semanas, la titular de la SPSC pretende reconstruir su ya muy dañada imagen y recuperar el control total de la corporación policiaca, luego de más de tres meses de esta rebelión que demostró que como funcionaria pública no tiene dignidad ni ética para renunciar a un cargo que le quedó demasiado grande.
No es función propia de la Secretaría de Protección y Seguridad Ciudadana acudir a las colonias y unidades habitacionales a repartir despensas, pero sus asesores consideraron que presentarla en una nueva faceta de benefactora de la comunidad, podría ayudarla a reconstruir su imagen, esa que le llegó a decir y a creerse, que era la funcionaria consentida de los campechanos, algo que como ya vimos, está muy lejos de la realidad.
Qué lástima que la inepta guanajuatense no haya presentado también su faceta de persona humanitaria, pues tal vez así ordenaría que se suspendan los ceses de policías y que paguen los sueldos que les deben a más de 100 padres de familia, que han tenido que salir a botear a las calles para tener algún efectivo para llevar a sus hogares.
En lugar de regalar despensas que se compró con dinero público, la negligente Marcela debe renunciar y regresarse a su tierra. Ese sí sería un regalo muy apreciado y valorado por los campechanos.
Más historias
MONREAL CONFIRMA DESAPARICIÓN DE 32 INSTITUTOS ESTATALES DE TRANSPARENCIA
PREOCUPA QUE EL EJECUTIVO PRETENDA RECORTES EN ÁREAS COMO SALUD: ARMENTÍA
LAYDA ENGAÑÓ A EMPRESARIOS: SEDENA NO CONTRATA A CAMPECHANOS EN LA PAVIMENTACIÓN DE LA CARRETERA 180