El Gobierno de la farsante y mentirosa Layda Sansores ha puesto oídos sordos, a las demandas de los apicultores afectados severamente por la agricultura industrial de las comunidades de menonitas…
Extraviada en el laberinto de sus locuras, pasiones, rencores, anhelos de venganza y fijaciones políticas que pretende sembrar a fuerza en la mente de las nuevas generaciones, la disruptiva e insensible Layda Elena Sansores San Román ha invertido las prioridades de su Gobierno y hecho a un lado temas que deberían atender los gobiernos que realmente se precien de ser de izquierda.
Porque así lo presumió en su más reciente programa circense, folclórico y musical del martes: que su Gobierno no es comunista, pero sí es de izquierda, y que se van a aferrar al poder para no perderlo en manos de lo que ella califica como “ultraderecha sin escrúpulos”.
Y si bien es cierto que no descubre el hilo negro cuando sostiene que los gobernantes jamás hacen a un lado sus preferencias e ideologías, y que es mentira —son hipócritas, dijo— que gobiernan para todos, lo que también es verdad es que su actuación pública no depende exclusivamente de los arbitrios de cada gobernante, de sus caprichos o de sus tendencias, sino que se tienen que ajustar a un marco normativo que les establece qué es lo que pueden y qué no hacer.
Tal vez a la senecta mandataria le hace falta profundizar un poco sobre lo que es la verdadera izquierda. No escuchando la palabrería hueca, demagoga y convenenciera de su director de Cultura, Esteban Hinojosa Rebolledo, quien navega ideológicamente al compás de los vientos que mueven al poder, sino comparando el ejercicio gubernamental de quienes sí tienen compromisos con la izquierda.
Y uno de los temas fundamentales de los gobiernos de esa línea es su compromiso con la defensa del medio ambiente, de los ecosistemas, de los métodos de producción amigables con la naturaleza, algo que ni en México, y mucho menos en Campeche ha tenido realmente el valor que debería.
Pongamos por ejemplo lo que ocurre con los apicultores de los Municipios de Hopelchén, Campeche y Hecelchakán, afectados por la agricultura industrial de las comunidades menonitas, que en su ambicioso afán por cosechar más para ganar más, no escatiman en el uso de agroquímicos, que destruyen los ecosistemas que se ubican en los alrededores de sus campos de cultivo. La apicultura, una de ellas.
El Gobierno de la activista cuatrotera y mentirosa Layda Sansores ha puesto oídos sordos a esas demandas. No ha visto las afectaciones multimillonarias que cada año sufren, ni ha visualizado el enorme daño que a futuro va a representar para la humanidad el asesinato masivo de poblaciones de abejas a consecuencia del abusivo uso de agroquímicos que, además, producen cáncer en las comunidades circunvecinas, como se ha probado por ejemplo, en Suc Tuc e Ich Ek.
Pero no. Ellos no existen para la extraviada mandataria campechana. Tal vez cuenten como futuros prosélitos de la 4T, pero no como campesinos afectados severamente.
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