En un acto de devoción y tradición, los gremios de Santa María Chigmecatitlán y Santa Catarina Tlaltempan realizaron un arco gigante de semillas como ofrenda a la Virgen del Carmen. Este arco, hecho de maíz, lentejas, chiles, cacao, arroz y otras semillas, es una muestra de agradecimiento y una tradición que ha pasado por cuatro generaciones.
Con 47 años de historia, esta tradición involucra a muchas familias poblanas, que cada año se dedican a embellecer la entrada del Santuario Diocesano Mariano de Nuestra Señora del Carmen. Este año, alrededor de 30 personas trabajaron arduamente para pegar cada semilla y montar el arco gigante, un proceso que les tomó más de mes y medio.
Alondra Sabás Marín, representante del gremio, destacó el esfuerzo y la dedicación de todos los involucrados en la creación de esta ofrenda. “Es un trabajo de amor y fe que hacemos para honrar a la Virgen del Carmen, y cada año buscamos hacerlo más grande y hermoso”, comentó.
La ofrenda no solo es una expresión de fe, sino también un evento que une a la comunidad, fortaleciendo los lazos entre las familias y preservando una tradición que continúa viva gracias al compromiso de sus participantes.
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