Una pasarela de discursos elogiosos, un catálogo de utopías y sueños guajiros, como ella los denominó, y el desentierro del hacha de guerra al exigir al fiscal general de la República que proceda contra el líder nacional del PRI, Rafael Alejandro Moreno Cárdenas, y su hermano Emigdio, sobresalieron durante el evento en que la nefasta, indolente e insensible gobernadora Layda Elena Sansores San Román envió un mensaje político con motivo de su tercer año de labores.
Mientras que la senecta mandataria convocaba a los jóvenes y a todos en general a ser combativos y a no callar ante las injusticias, en la acera de enfrente del blindado Centro de Convenciones Campeche XXI, decenas de personas, principalmente policías despedidos, acompañados de sus familiares, amigos y gente solidaria con su lucha, lanzaban gritos para exigir justicia, reinstalación en sus labores y el cese de la inepta, corrupta y negligente Marcela Muñoz Martínez.
Fue, tal y como se había anticipado, un evento de oropel, de brillo falso, artificial, deslumbrante y engañoso, para disfrazar los pésimos o nulos resultados que acumula tras tres años de desgobierno, fracasos, ocurrencias, improvisaciones, y de mucho, pero mucho saqueo.
Para presumir su ineficiencia, la sinvergüenza gobernadora utilizó a 23 ciudadanos que hablaron en nombre de igual cantidad de secretarios e integrantes del gabinete legal y ampliado, a los que les bastaron de dos a tres minutos para resumir lo poco que se realizó en todo un año.
Tanta ineptitud asombra, quiso apantallar a su concurrencia con una representación tragicómica de que tiene el apoyo del pueblo, al poner a esos incautos generosamente pagados a leer lisonjas, halagos y alabanzas para una mandataria que no ha cumplido con su función y que en la realidad, es aborrecida por el verdadero pueblo.
Porque, para empezar, ¿dónde estuvo el pueblo en ese evento cercado con vallas metálicas y vigilado y resguardado por decenas de policías? ¿Dónde estaban los pescadores, los campesinos y esos indígenas a los que Layda dice representar, pero a quienes no les ha anunciado ni llevado ninguna obra de Gobierno? Sólo les mandó despensas pinches para que mitiguen el hambre unos días.
En este Gobierno de simulaciones, mentiras y autoengaños, la cínica señora Sansores supone que portando un terno bordado a mano y aprendiéndose unas cuantas frases en maya, hace justicia a esas comunidades indígenas que padecen ancestral abandono. Hubiera informado cuántas de esas comunidades ha visitado en estos primeros tres años de su Gobierno, y cuántas obras o acciones ha realizado en su beneficio.
Del contenido de los textos que leyeron los 23 ciudadanos para resumir las acciones de todo un año, poco hay que decir. Sólo reiterar que la mayoría de las obras presumidas fueron hechas por el Gobierno de la República, o sea con recursos federales, por lo que no es ético ni correcto que Sansores San Román salude con sombrero ajeno.
Y sobre los “anuncios” que presumió en la última etapa de su evento, sólo habría que dar por cierta la posible inversión de la cementera Cruz Azul en territorio campechano, algo que, por cierto, se había venido gestando desde administraciones anteriores, pero que se podría concretar en los años subsiguientes. Sería una importante inversión sin duda alguna.
Sobre las demás utopías que leyó Layda Sansores, antes de declamar poemas a Claudia Sheinbaum y al presidente López Obrador, sólo hemos de decir que tienen semejanza asombrosa con las maquetas que en su momento presentó Alejandro Moreno Cárdenas, de las cuales sólo se concretaron dos o tres. El “gran teatro de Campeche”, por ejemplo, suena como aquel auditorio para conciertos masivos que prometió Alito.
Lo único que sonó real fue su amenaza de encarcelar a Moreno Cárdenas y a su hermano Emigdio. Es su obsesión eterna, es su fijación mental y seguramente que supone que su vida habrá fracasado si no alcanza a verlos en la cárcel. Pero omitió mencionar que el dinero con el que se enriquecieron salió de la Secretaría de Finanzas que regenteaba su sobrina y esposa de Gerardo “Seso Loco” Sánchez Sansores. ¿Por qué?
Todo lo demás, se insiste, fue de oropel. De fantasiosas ideas, sueños y proyectos, adornados con una cantidad exagerada de autoelogios, pero con una evasión permanente de la realidad. La gobernadora deberá entregar al Congreso del Estado un texto en el que desglose en qué ha gastado los 75 mil millones de pesos que le han aprobado de tres años a la fecha, pero que no vemos por ningún lado.
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