A una semana de que se diera a conocer el proyecto fantasioso del sistema de modernización del transporte público, la percepción generalizada es de que se trata de más atole con el dedo…
Resulta por lo menos extraño, que siendo el transporte de pasajeros en la capital campechana un tema de sumo interés público, hasta el momento ni los concesionarios del servicio ni las autoridades encargadas de su regulación, y mucho menos la mitómana gobernadora Layda Sansores, hayan salido a informar con más detalle en qué consistirá esa quimera y en cuánto tiempo y en cuántas etapas deberá concretarse.
El proyecto “modernización” de transporte público anunciado por la farsante mandataria el pasado 1 de agosto, parece formar parte de su catálogo de buenas intenciones, pues los propios concesionarios desconocen a detalle en qué consistirá, quiénes integrarán esa nueva sociedad o empresa que se hará cargo del servicio y cómo fue creada, si será una empresa particular o una sociedad cooperativa y cómo se designará a su directiva, ya que iniciará su existencia con el pie derecho: recibiendo en donación 22 autobuses que se comprarán con dinero público.
Tratándose de un tema que impactará a muchísima gente —más de 15 mil, entre concesionarios y los empleos directos e indirectos que generan, sin contar a las decenas de miles de usuarios de toda la capital— y en donde, inicialmente se invertirá mucho dinero público, pues se estima que cada unidad costará entre 1.5 y dos millones de pesos, (por lo que del presupuesto estatal se desviarán más de 40 millones de pesos para beneficiar a unos socios que nadie conoce), resulta indispensable que se proporcionen más detalles.
Todos los concesionarios del servicio que fueron consultados para esta columna dijeron desconocer de qué se trata el anuncio laydista. “Es más, ni nos invitaron al informe”, coincidieron todos, por lo que estimaron también que el proyecto “Koox”, como se denominará al nuevo y quimérico sistema de transporte público, va propiciar la desaparición de todas las cooperativas que se negaron a ceder sus concesiones al grupo ADO.
Aún más, la coincidencia generalizada de los transportistas consultados, es que el gran beneficiario será el grupo ADO, que ha tenido el respaldo incondicional del Gobierno del Estado, a tal grado que le entregaron la dirección de este sector —el Instituto Estatal del Transporte (IET)— a uno de los suyos, quien llegó ciertamente con la fama de ser experto en el tema, pero que no ha realizado ninguna acción que mejore en algo el caótico servicio que se presta en la actualidad.
Todos aseguran que tras la llegada de Iñigo Yáñez Avilés al IET, las cosas empeoraron para los concesionarios, pero mejoraron para sus socios, a quienes les cedió, por ejemplo, algunas rutas rurales y el traslado de pasajeros de la terminal del Tren Maya al Centro Histórico.
En este contexto, es muy probable que todo se trate de una farsa más de los Sansores para saquear al erario, y que la intención real del proyecto no tenga que ver con la modernización del transporte, sino con darle más atole con el dedo al pueblo, de manera que el nombre real del proyecto laydista debería ser “Koox Tuus” que podríamos traducir como “sigamos mintiendo”, que es lo único que ha hecho este Gobierno.
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