Ciudad de extorsiones
En la capital del reino de la Culebra y la Garrapata se ha estado multiplicando el tradicional ‘cobro de piso’ de los grupos delincuenciales en contra de los honestos empresarios, comerciantes y microindustriales, que con mucho sacrificio han fomentado su patrimonio familiar, sin que las corporaciones policiacas puedan frenar esos actos de intimidación.
—“Todos los días tenemos noticias de negocios y viviendas baleados por sicarios que se movilizan en motocicletas; ha habido también ejecuciones y los robos a tiendas, farmacias y todo tipo de comercios, son frecuentes, como si fueran avisos de que, para ya no sufrir esos atracos, se tiene que cumplir con el pago de una cuota”, se quejó doña Chela, asustada porque anoche los balazos se escucharon en su colonia.
—“Muy grave lo que pasa en nuestra capital, sobre todo porque durante tres meses, de mediados de marzo a mediados de junio, la capital vivió una de sus etapas más pacíficas, en donde los malandros se replegaron, dejaron de operar y los pobladores pudimos recuperar temporalmente nuestra proverbial paz provinciana”, recordó el poeta Casimiro, quien dijo que ha sido víctima de carteristas y de extorsionadores telefónicos.
—“Fueron los tres meses en que los mandos policiacos, en manos de los mafiosos foráneos, estuvieron inactivos debido a la rebelión de nuestros valientes policías —recordó don Julián— pero nunca nos imaginamos que cuando ellos recuperaran el poder, las cosas se iban a poner así, con agresiones a balazos todos los días, con robos, con extorsiones. a verdad es que la ciudad es un caos”, afirmó.
Don Memín recordó que incluso el Pejidente, en una de sus mañaneras, reconoció que durante el paro de los policías bajó la incidencia delictiva en nuestra capital, con lo que, de manera indirecta reconoció que son los forajidos foráneos y la propia inepta momia de Guanajuato, los culpables de tanta inseguridad que hay en la actualidad.
“Lo preocupante es la ceguera de la Ruca Gacha —intervino el poeta Casimiro—, que cada vez que puede presume que somos el Estado más seguro y que tenemos la mejor policía, cuando los datos de la realidad la desmienten todos los días. Ahora sí que estamos indefensos, y ni el Chapulín Colorado podrá salvarnos”, se quejó.
En la capital del reino de la Culebra y la Garrapata se ha estado multiplicando el tradicional ‘cobro de piso’ de los grupos delincuenciales en contra de los honestos empresarios, comerciantes y microindustriales, que con mucho sacrificio han fomentado su patrimonio familiar, sin que las corporaciones policiacas puedan frenar esos actos de intimidación.
—“Todos los días tenemos noticias de negocios y viviendas baleados por sicarios que se movilizan en motocicletas; ha habido también ejecuciones y los robos a tiendas, farmacias y todo tipo de comercios, son frecuentes, como si fueran avisos de que, para ya no sufrir esos atracos, se tiene que cumplir con el pago de una cuota”, se quejó doña Chela, asustada porque anoche los balazos se escucharon en su colonia.
—“Muy grave lo que pasa en nuestra capital, sobre todo porque durante tres meses, de mediados de marzo a mediados de junio, la capital vivió una de sus etapas más pacíficas, en donde los malandros se replegaron, dejaron de operar y los pobladores pudimos recuperar temporalmente nuestra proverbial paz provinciana”, recordó el poeta Casimiro, quien dijo que ha sido víctima de carteristas y de extorsionadores telefónicos.
—“Fueron los tres meses en que los mandos policiacos, en manos de los mafiosos foráneos, estuvieron inactivos debido a la rebelión de nuestros valientes policías —recordó don Julián— pero nunca nos imaginamos que cuando ellos recuperaran el poder, las cosas se iban a poner así, con agresiones a balazos todos los días, con robos, con extorsiones. a verdad es que la ciudad es un caos”, afirmó.
Don Memín recordó que incluso el Pejidente, en una de sus mañaneras, reconoció que durante el paro de los policías bajó la incidencia delictiva en nuestra capital, con lo que, de manera indirecta reconoció que son los forajidos foráneos y la propia inepta momia de Guanajuato, los culpables de tanta inseguridad que hay en la actualidad.
“Lo preocupante es la ceguera de la Ruca Gacha —intervino el poeta Casimiro—, que cada vez que puede presume que somos el Estado más seguro y que tenemos la mejor policía, cuando los datos de la realidad la desmienten todos los días. Ahora sí que estamos indefensos, y ni el Chapulín Colorado podrá salvarnos”, se quejó.
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