El país está en resistencia, luchando por hacer valer lo expresado en las urnas: que no quería la continuidad de una dictadura que ha obligado a las familias a separarse en busca de mejores oportunidades que su país ya no tiene, afirmó Argelia Fernández Martínez, en mensaje durante el foro “Implicaciones de la Sobrerrepresentación. Voces desde la Constitución”.
En el evento, organizado por el Frente Cívico Nacional (FCN) Capítulo Campeche, fueron expuestas las consecuencias de que Morena tome el control absoluto de los poderes del país.
Fernández Martínez narró una historia vinculada al presidencialismo en México, y lo puso como ejemplo de cómo el poder absoluto corrompe y destruye, y de lo peligroso que es para una nación depositar todo el control en una persona o fuerza política.
Y relató: “Érase una vez un hombre muy popular y amado que llegó a ser presidente de su país, que quería cambiar la manera en que se gobernaba, así que decidió cambiar la Constitución a través de una encuesta aprobada por la mayoría de los ciudadanos, gracias a la enorme confianza que le tenían y a su gran popularidad. Esto le otorgaba más poder y cambiaba la forma de elegir a los funcionarios del Gobierno”.
Por supuesto, también se incluían derechos sociales y económicos, lo que tenía muy contento a buen porcentaje de la población. Aunque había satisfacción en general, algunos temían y veían como algo peligroso que el presidente se volviera más poderoso.
Con el tiempo —continuó—, a pesar de los beneficios que algunos obtenían de los programas sociales, la economía del país comenzó a sufrir.
La inflación aumentó y empezaron a escasear los alimentos y la medicinas, mientras el presidente acumuló más y más poder, se rodeó de personas leales y silenció a los que no pensaban como él. Todos empezaron a temer si hablaban mal de su Gobierno.
Ese hombre comenzó a controlar todo: la economía, los medios de comunicación, el Ejército y hasta la justicia. Los opositores fueron perseguidos y encarcelados mientras los amigos del presidente se enriquecían. Y sucedió que, a pesar de la riqueza de ese gran país, en vez de prosperar, se sumió en la pobreza.
Aunque la gente sufría, el hombre popular se había convertido en un enfermo de poder y había conducido a su país hacia una dictadura, y aunque la muerte le llegó a temprana edad, le había servido la mesa a un hombre que eligió como su sucesor aún más ambicioso y tirano que él. El resto de la historia todos lo conocemos.
Fernández Martínez consideró importante que como ciudadanos estemos enterados de los alcances que tendría la sobrerrepresentación legislativa que pretende el partido oficialista y aliados, pues obtendría mayor influencia en la toma de decisiones, leyes a aprobar y transparencia y rendición de cuentas.
“Nuestro derecho y deber como ciudadanos es estar informados, para participar en el debate público, expresar opiniones y preocupaciones, ejercer presión sobre nuestros legisladores, partidos políticos y autoridades electorales, para que se tomen decisiones justas y transparentes”.
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