Tribuna Campeche

Diario Independiente

Demente

Presume que “el pueblo la quiere”, pese a las masivas manifestaciones en su contra y la copiosa cantidad de mensajes de repudio que le escriben todos los días en las redes sociales…

Cuentan que la secretaria de Protección y Seguridad Ciudadana, la guanajuatense Marcela Muñoz Martínez, se estuvo preparando durante varias semanas para su comparecencia del pasado miércoles. Solicitó que le prepararan toda suerte de preguntas, que le plantearan cualquier duda por más descabellada que fuera, y que sus interlocutores se comportaran extremadamente agresivos/ofensivos, para que entrenara actitud, firmeza y contundencia de su debate.

Por eso hay que afirmar que cada respuesta que proporcionó la guanajuatense en su comparecencia ante los diputados, la analizó previamente. La ensayó. Estudió el impacto que sus palabras causarían, y se preparó incluso para la contra réplica. Solamente que en esto último, el Congreso la protegió para impedir que las respuestas de sus interlocutores la opacaran.

En este contexto, hay que inscribir la frase que le dedicó a su amada y protectora Layda Sansores.  “Es mi gobernadora… mi amiga… mi hermana… mi madre… ¡mi todo! Yo soy laydista, la quiero… y estoy con ella y estoy con Campeche…”.

No fue del todo una declaración de amor y aunque se le acercó bastante, fue una muestra de fidelidad hacia su única protectora y de fanatismo como manifestación extrema del cariño que ambas se profesan. 

Sabía las reacciones que esas palabras iban a causar entre los ciudadanos, y se propuso divertirse con eso. Lo mismo pasó con su revelación de que “el pueblo la quiere”, pese a las masivas manifestaciones en su contra y la copiosa cantidad de mensajes de repudio que le escriben todos los días en las redes sociales, y que la ha llevado por ejemplo, a bloquear a decenas o cientos de ‘seguidores’ y a restringir los comentarios que pueden recibirse en su muro, donde sólo proliferan alabanzas y loas…de sus bots y empleados, por cierto.

No hay que olvidar que Marcela, al igual que Layda Elena, estudiaron psicología. Se ostentan como licenciadas en esa especialidad, y por eso es que suelen jugar con la mente de sus interlocutores, en especial de sus adversarios.

Lo que también es cierto, es que de esa misma manera que mienten, al presumir un cariño popular de que ambas carecen, de la misma forma engañan con sus cifras sobre seguridad en su percepción muy personal y subjetiva de que las “cosas van muy bien”, cuando tenemos una realidad desbordada por la delincuencia.

Es parte de su psiqué. De su autoengaño. De esa esquizofrenia que también comparte con su querida gobernadora. Que a ellas las ayuda, pero que tanto daño causa al pueblo.

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