Consejos al retrete

El decálogo de recomendaciones que heredó López Obrador a los morenistas se pisotea en Campeche todos los días, pues persisten la soberbia, la corrupción, el nepotismo y el sectarismo…

En su carta de despedida a su partido, Morena, el hoy expresidente Andrés Manuel López Obrador, soltó de su ronco pecho un decálogo de consejos tanto a militantes, dirigentes y autoridades emanadas de ese instituto político que, a decir verdad, parecen una auténtica pérdida de tiempo.

Engañado quizá, por sus cercanos asesores, para nunca ver la verdadera realidad que aconteció en el país, López Obrador aconsejó a sus correligionarios que mantengan sus principios elementales, como si no supiera que ese partido, al llegar ya al culmen de su crecimiento, ha iniciado su prematuro declive.

Los “consejos” que el presidente López Obrador recetó a su partido son los siguientes: “Antepongan siempre el interés de México y las necesidades de la gente a los afanes y las rencillas personales. Fortalezcan la hermandad, el compañerismo y la institucionalidad en Morena. Mantengan siempre la unidad, la humildad y la honestidad”.

“No permitan que los antiguos vicios y perversiones de la política florezcan en nuestras filas. Eviten la prepotencia, la búsqueda del poder por el poder, la soberbia, la corrupción, el nepotismo y el sectarismo. No roben. No mientan. No traicionen nunca al pueblo”.

“Sigan construyendo la nación soberana, democrática, justa, libre y amorosa que imaginamos cuando empezamos nuestro caminar”.

La verdad de las cosas es que Morena ha extraviado todos esos puntos recomendados por López Obrador, y Campeche, con su perversa, farsante y mentirosa gobernadora, es un clásico ejemplo de que sí se miente, sí se roba y sí se traiciona todos los días.

No solamente florecen “los antiguos vicios y perversiones de la política”, como se corrobora con la campaña de hostigamiento, acoso y persecución que ha instaurado la nefasta gobernadora contra sus críticos y adversarios políticos, sino que  “la soberbia, la corrupción, el nepotismo y el sectarismo” son práctica de todos los días en el Gobierno de la insensible Sansores San Román.

El orgullo de su nepotismo, el desubicado Gerardo Sánchez Sansores, sigue usurpando funciones que no le competen, maneja recursos públicos para sus fines personales y en los hechos es el poder tras el trono, a pesar de que nadie ha votado ni votaría por él jamás.

Campeche, a pesar de todos los consejos de López Obrador, no solo es un Estado donde se practican todas las perversiones de la política, sino que él mismo avaló que se pisotearan los intereses de la gente, al proteger, encubrir y defender a la inepta gobernadora Layda Sansores para mantenerla en el cargo.