Tremenda regañiza le propinaron valientes pobladores de Isla Arena a la inepta y negligente Tía Rata cuando fue a visitarlos luego de que el huracán Milton había dejado de ser un peligro…
Una sopa de su propio chocolate le sirvieron los valientes habitantes de Isla Arena a la Tía Rata, cuando llegó a visitarlos a fin de constatar los estragos que leas causó el huracán Milton. Sin pelos en la lengua, y a nombre de toda la comunidad, una valiente mujer le echó en cara su ineptitud y valemadrismo, al encontrarse fuera del Estado en los días de mayor crisis a causa del meteoro.
—“Aplausos, vivas y fanfarrias para esa valiente mujer, hija y esposa de un pescador y también madre de pescadores, que sabe lo que es vivir en medio de la furia destructora de un huracán que pasó por ese territorio en categoría 5 en medio del desdén y apatía de las autoridades estatales que intervinieron tardíamente para evacuar a las personas de más riesgo” comentó doña Chela, mientras literalmente, le prodigaba aplausos a esa dama isleña.
—“Me contó mi compadre Pablo, también de Isla Arena —intervino como siempre don Memín— que llegó la Ruca Gacha sintiéndose una diva, rodeada de guardaespaldas y con sus lacayos repartiendo despensitas y pidiendo a la gente que le echara porras a la anciana. O no sabían que la gente estaba furiosa, o esperaban que la sola presencia de la mandataria los aplacara. ¡Tremenda regañiza que se llevó!” exclamó el rechoncho lustrador de calzados.
—“Hay que felicitar a ese valiente pueblo isleño —señaló don Julián— que siempre ha demostrado que no se arredra ante nada, que no se raja y que tampoco se queda con la boca callada. Han soportado este y decenas de huracanes, siempre en solidaridad con el pueblo, y casi nunca dependiendo de las dádivas del Gobierno. Sin embargo, tienen razón cuando señalan que es obligación de las autoridades adoptar las medidas preventivas, y disponer de la ayuda que sea necesaria para quienes realmente lo requieran. El mayor reclamo fue porque la Tía Rata no tomó las medidas a tiempo porque sencillamente no estaba trabajando sino disfrutando de su confortable fin de semana en la capital del país”.
—“Pero hubo más reclamos —agregó do Memín— ya que es la primera vez que la senecta y caprichosa mandataria los va a visitar. Se ha olvidado de ellos, no ha reparado la carretera de acceso a la isla, no les ha otorgado apoyos para la pesca y para colmo tampoco ha atendido sus exigencias de reforzar la vigilancia para evitar la depredación de los recursos marinos. Ellos dependen al 100 por ciento de la pesca y si los celestuneros o los champotoneros llegan a saquear la fauna marina, los dejarán sin futuro. En ningún caso les respondió la anciana. Y cómo si está desinformada y no tiene planes ni proyectos para el sector. Se confirmó que es una inepta, negligente e incompetente gobernadora” sentenció.
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