Las “fuerzas vivas”

Quieren tapar con un dedo el sol de toda la negligencia e ineptitud que han arrastrado durante los últimos tres años, y culpar a otros de sus incapacidades…

Anda muy desesperada la Tía Rata buscando apoyo y respaldo popular para su nueva “cruzada” en que exige destinar más recursos federales para reparar las carreteras. Obligaron a los dirigentes de cámaras empresariales a sumarse a esa lucha y todos los medios digitales que cobran mensualmente en Palacio se han dedicado a lanzarle loas y alabanzas por esa “causa justa”.

—“Después de ahogado el niño quieren tapar el pozo, comentó con su tradicional humor negro, el bolero don Memín. No se cansan de hacer el ridículo, quieren tapar con un dedo el sol de toda la negligencia e ineptitud que han arrastrado durante los últimos tres años, y culpar a otros de sus incapacidades”.

—“Se les conocía como las “fuerzas vivas” del otrora partidazo —intervino don Julián, aportando pate de su vasta cultura— y era una agrupación corporativa que agrupaba a representantes de diversos sectores, quienes se manifestaban a favor de un candidato, en lo que se conocía en ese viejo ritual político como “destapes”, o que se sumaban incondicionalmente a los pronunciamientos presidenciales, para simular que se contaba con todo el apoyo del pueblo”.

—“Efectivamente —expresó el poeta Casimiro— la Ruca Gacha está desesperada por simular que tiene todo el respaldo del pueblo. Por eso se sumó al #hashtag en que los maestros exigen carreteras seguras, y ahora anda queriendo demostrar que está gestionando con el Gobierno Federal que se rehabiliten esos tramos. Son patadas de ahogada,  actos de desesperación porque el repudio popular por su ineptitud e incompetencia se ha generalizado en todas partes”.

—“Entonces —sugirió doña Chela— hay que crear otros #hashtags como por ejemplo “ahora sí que se vaya la Momia Guanajuatense”, o  también “Fuera los foráneos”, para ver si la anciana se suma al reclamo popular. Nunca escuchó la voz de las masas que exigían el cese de su amada huera oxigenada, así que no espere que ahora el pueblo la acompañe en esa cruzada más falsa que un billete de 5 mil pesos. Es obligación de las autoridades reparar las carreteras, pero eso no se va lograr con los pronunciamientos de sus “fuerzas vivas” sino con verdaderos procedimientos de presión” advirtió.

Don Julián coincidió en que se trata no solo de una lucha justa sino indispensable. “Esta vez le tocó la mala fortuna a esas dos maestras que fallecieron, pero la amenaza pende sobre todos los que por alguna razón tienen que transitar por esas carreteras de la muerte. Ojalá apresuren su reparación, antes que la ira del pueblo se encauce por otras vías menos pacíficas” señaló.