Castigo a la ciudad

Es mezquino por parte de los diputados morenistas, y no se diga de la anciana gobernadora Sansores, que se respalde una política discriminatoria. No dañan a la alcaldesa, afectan a la ciudadanía…

Acatando las instrucciones de la vengativa y desquiciada gobernadora de Campeche, Layda Elena Sansores San Román, la bancada morenista en el Congreso del Estado, insiste en politizar la proliferación de baches en la capital, y respalda la negativa de las instancias gubernamentales encargadas de distribuir el asfalto, para atender las solicitudes del Municipio de Campeche.

Es mezquino por parte de los diputados morenistas, y no se diga de la anciana gobernadora Sansores, que se respalde una política discriminatoria. Ellos que son tan inclusivos, humanistas y que se desgarran las vestiduras por la equidad de género, se ven muy mal alentando esas acciones que pretenden afectar al Gobierno de Biby Rabelo de la Torre, pero que en realidad dañan a los miles de ciudadanos que habitamos en la capital.

Es una ruindad abonar a la destrucción de las calles de la ciudad capital, para alentar el rechazo social a su alcaldesa. O para que, por lo menos le reduzcan algunos puntos de la popularidad de que hoy goza porque, se insiste, no se lastima a la señora Rabelo sino a la población.

Vale la pena repetir este último argumento no para que los diputados morenistas y su jefa la inepta y corrupta Layda Sansores se enteren de a quién dañan con sus obsesiones de venganza, sino para que sepan que la población se ha dado cuenta perfectamente que esa estrategia laydista-morenista es intencional, está muy bien planeada y forma parte del castigo que van a seguir aplicando en contra de los ciudadanos libres que decidieron no votar por Morena y por sus candidatos.

Si a los policías que se sublevaron contra la ineficiente, corrupta y negligente Marcela Muñoz, los castigaron con el despido y con la defenestración pública, a los ciudadanos campechanos que marcharon en solidaridad con los uniformados y que votaron masivamente contra los abanderados laydistas, se les castigará de otra forma: reduciendo los presupuestos para atender sus servicios públicos y desviando recursos como el asfalto, que sirven para tapar esos enormes baches-hoyancos que se han formado en las calles de la ciudad.

Lo interesante de todo esto, sin embargo, es que la ciudadanía está consciente de ese hecho. Sabe el trasfondo de la actitud de la inepta Sansores, de los funcionarios de su gabinete y de sus diputados. Entiende que esta venganza se extenderá por tres años y que su objetivo es doblegar a esos campechanos lugres que decidieron  mandar a los candidatos de Morena al bote de la basura. Y lo “más mejor” de todo (si nos permiten la expresión) es que a pesar de eso, se mantiene la disposición a rechazar todo lo que venga del partido guinda. Inconformidad, rebeldía o resistencia, que por cierto, va en aumento.