Audiencias a modo

Ante la imposición de su partido para conceder audiencias públicas, la Tía Rata se ha visto obligada a quedarse un día más y simular que trabaja, antes de partir, como cada semana, a la capital…

No ha publicado la Tía Rata las bases, los requisitos o las condiciones para que la población en general pueda participar en las llamadas “audiencias públicas” que promete realizar cada miércoles en Palacio de Gobierno, y por el contrario, sus asistentes se han dedicado a obstaculizar la asistencia de ciudadanos que realmente requieren agilizar algún trámite ante alguna de las dependencias gubernamentales.

—“Son las audiencias del ego —opinó don Memín, tan agrio y escéptico como siempre— porque sólo sirven para que la anciana suba sus fotos y selfies a sus redes sociales, pero no se ve a la gente convencida de que realmente están atendiendo sus problemas, y ella misma muestra una cara de aburrimiento, que no puede con ella”.

—“No olvides, apreciado amigo —intervino el poeta Casimiro— que esas audiencias fueron una imposición de su partido y las tiene que hacer voluntariamente a fuerzas, porque de lo contrario se ganaría el repudio de la emperatriz Claudia, que de por sí no la traga y que sólo está esperando alguna justificación para destituirla y poner a alguien que de verdad trabaje”.

—“Es una muy buena estrategia si se implementa como debe ser —opinó don Julián—, pues muchos ciudadanos aún creen que los gobernadores pueden resolver cualquier problema que enfrenten, pero no es así y menos en el caso nuestro, donde la viejita de Palacio casi nunca está en nuestra tierra, se la pasa viajando y vacacionando, por lo que no puede resolver nada. Me cuentan algunos de los que han sido atendidos por ella, que después de tomarse la foto, los manda con algún otro secretario o con alguno de sus asistentes, para que los orienten o de plano les digan que no se puede hacer nada por ellos”.

—“Al menos con eso de sus audiencias fingidas, se le está obligando a quedarse un día más acá, aseveró doña Chela. Por eso escogió hacerlo en miércoles, así, a partir del jueves ya puede volar a la capital del país para regresar el martes a grabar su asqueroso programa, y al día siguiente hacer como que concede audiencias”.

—“No estás nada equivocada —le concedió el poeta—, pero tenemos que entenderla. Ya está chocheando, está chuchul, y se ve muy desgastada, por eso es que finge que trabaja dos días, para ausentarse cinco a descansar. Ojalá que en alguno de sus momentos de lucidez, decida renunciar, y que quede en su lugar a alguien que sí trabaje y que sí se preocupe por su pueblo y por su Estado”, concluyó.