PERO EN SU DISCURSO DE COMBATE A LA CORRUPCIÓN IGNORA A LOS SEÑALADOS DE SU PROPIO PARTIDO
El diputado y presidente del Congreso del Estado, Antonio Jiménez, reiteró su compromiso con la lucha contra la corrupción y la necesidad de llevar al banquillo de los acusados al exgobernador Alejandro Moreno Cárdenas. En su discurso, Jiménez calificó al dinero público como “sagrado” y reafirmó su deber de defender los intereses del pueblo desde la tribuna del Congreso. Sin embargo, su declaración se percibe como un acto de doble moral, ya que, pese a sus afirmaciones de combate a la corrupción, no se ha visto actuar contra otros personajes señalados por el mismo pueblo y que ahora forman parte de Morena.
En su pronunciamiento, Jiménez subrayó que la justicia debe alcanzar a Moreno Cárdenas, recordando que el exgobernador enfrenta denuncias de la Fiscalía General del Estado y de la Auditoría Superior de la Federación por enriquecimiento ilícito. No obstante, su insistencia en este caso contrasta con la falta de acciones contra figuras como Ramón Ochoa, excolaborador priista de “Alito” y actual funcionario de la administración estatal, quien ha sido señalado por pobladores de Pixtún por actos de corrupción relacionados con un camino sacacosechas. La ausencia de medidas en estos casos alimenta críticas sobre una posible parcialidad en el discurso anticorrupción de Jiménez, quien parece enfocado en perseguir a actores de la oposición mientras guarda silencio ante figuras cercanas a su propio partido.
Jiménez concluyó afirmando que “el dinero público es sagrado” y que el Congreso estatal será el escenario para combatir toda afrenta contra el pueblo.
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