Sansores San Román no sabe resolver problemas. Es experta, en cambio, en promoverlos, en avivar la agitación en contra de sus adversarios políticos…
CAMPECHE CASTIGADO
La crisis que enfrentan los proveedores de Pemex en Ciudad del Carmen, que ha dejado a miles de familias sin ingresos para el sustento diario, y no se diga de lo indispensable para pasar las fiestas navideñas y de fin de año en condiciones decorosas, refleja una vez más, la incapacidad de la nefasta gobernadora Layda Sansores San Román, para la solución de los principales problemas del Estado.
Mientras ella planea sus vacaciones de invierno en algún rincón fifí del planeta, y se la ha pasado de fiesta en fiesta con sus “posadas del jaguar”, distribuyendo migajas y derrochando decenas de millones de pesos para cubrir las remuneraciones de los grupos musicales, artistas y comediantes, los habitantes la isla carmelita, entre ellos 150 familias de jubilados de la Unacar, enfrentan momentos delicados y penurias económicas.
Y no son solamente los proveedores de Pemex. También los que le prestaron servicios al Fonatur y al Ejército Mexicano para las obras del Tren Maya y sus acciones colaterales, como los hoteles, padecen el retraso en el pago de las facturas para cubrir a su vez, los sueldos de sus trabajadores.
Por eso son frecuentes los bloqueos carreteros y las protestas. Por eso la afectación a terceros, mientras que la farsante gobernadora, que es la encargada de dar estabilidad y paz a su Estado, continúa con sus pachangas populistas y electoreras, tratando de recuperar una parte de la popularidad perdida, o al menos, ganar la aceptación popular —o el perdón— luego de sus frecuentes y cotidianos tropiezos.
Son evidencias, vale la pena insistir, de la nula capacidad gestora de la senecta mandataria. Ya hemos escrito aquí que Sansores San Román no sabe resolver problemas. Es experta, en cambio, en promoverlos, en avivar la agitación en contra de sus adversarios políticos, y por eso genera conflictos en el Ayuntamiento de Campeche, con móviles electoreros también.
Campeche se ha convertido así, por culpa de la inepta gobernanta, en un Estado sin rumbo. Castigado por la Federación con recortes presupuestales, y con retraso en el pago de los servicios prestados por decenas de proveedores de Pemex, de Fonatur y del Tren Maya, que contradicen la narrativa gubernamental de que ha habido transformación y cambio en beneficio de la población. Lo que vemos es todo lo contrario.
¿Con qué cara festejará la inepta Sansores San Román sus fiestas navideñas y de fin de año? Sin duda alguna que con el rostro del cinismo y de la desvergüenza. En su mansión y en los sitios donde vacacionará, abundarán los costosos obsequios, los derroches en comilonas y en festejos, mientras el pueblo campechano sigue pobre, jodido y lastimado. Arrepentido, también, de haber llevado al poder a una persona sin responsabilidad social, sin empatía popular y sin capacidad para resolver los problemas que enfrenta.
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