Momia estrellada

Necesita urgentemente del reconocimiento de la gente para ser feliz y ella cree que se va ganar el respeto ciudadano por ponerse un uniforme plagado de una constelación de estrellas…

Vaya pitorreo, burla y escarnio que se ha ganado la comandante policiaca el presumir en su uniforme cuatro estrellas de a cinco picos cada uno, el cual, según los conocedores del tema, se reserva exclusivamente a los generales del Ejército que ascienden al cargo de secretario de la Defensa Nacional, por lo que resultó grotesco, por decir lo menos, que saliera a ostentar una jerarquía que no tiene y que está a miles de millones de años luz merecer, acusó el poeta Casimiro, al arribar a la reunión vespertina cotidiana.

—“Ya salieron sus jilguerillos a aclarar, intervino de inmediato don Memín, que hubo una nueva disposición de las autoridades nacionales mediante la que se autorizó a los secretarios estatales de seguridad portar sin problema tales insignias, por lo que más veloz que Flash, la Momia Guanajuatense se la mandó costurar de inmediato en su uniforme”.

—“Pues no sé qué barbaridades estarán autorizando las autoridades nacionales, protestó doña Chela,  como para permitir que una neófita, inexperta, ignorante y bruta en materia de seguridad pública se ponga esos distintivos, porque lo que van a propiciar es que la gente le deje de tener respeto a los generales del Ejército que sí se han ganado a pulso esos distintivos en tanto que la arrugada y ficticia huera senecta no se merece ni siquiera una corcholata en la solapa” argumentó.

—“Tenemos que entender la psicología de la Momia Guanajuatense, recomendó pacientemente don Julián. Necesita del reconocimiento de la gente para ser feliz y ella cree que se va ganar el respeto ciudadano por ponerse un uniforme plagado de una constelación de estrellas. Lo único que va lograr es que su orgullo y su soberbia se estrellen contra el desprecio y el repudio de los ciudadanos que la consideran una inútil que se mantiene en el cargo solo porque su querida gobernadora no la ha querido correr por lástima. Si quiere que los ciudadanos le aplaudamos alguna acción, entonces que renuncie y se regrese a su tierra de donde nunca debió salir”.

El poeta Casimiro miró extrañado a don Julián, quien por lo común es mesurado y objetivo en sus comentarios. “Esta vez sí te ganó a pasión ilustre y respetado gurú —le dijo a modo de consuelo— pero su apasionamiento no lo despoja de razón. Eso que dice usted es verdad. Los complejos y traumas de la huera a falsa la han convertido en una mitómana, al grado de que llegó a ostentarse como la funcionaria consentida de los ciudadanos, cuando la realidad es que todo mundo la repudia”. 

—“Pues si sus jefes le dan permiso de usarlo, allá ellos, para nosotros vale menos que la caca de chivo, y si de verdad la Momia quiere más estrellas, que se atreva a visitarnos porque le vamos a aventar huevos estrellados que la van a llevar a ver infinitas galaxias, constelaciones y hasta hoyos negros” advirtió al tiempo de soltar tremenda carcajada.