LA CORRUPCIÓN SIGUE IMPUNE.
Presume la goberladrona Layda Sansores que en su sexenio se combate la corrupción, que hay cero impunidad. Que en 2021 vinculó a proceso a 16 funcionarios en la Fiscalía Anticorrupción, en 2022 a 20, en 2023 a 11 y en 2024 a 27. Bien dicen que quien tiene más saliva, traga más pinole. Vamos a refrescarle su oxidado y retorcido cerebro.
Sigue sin investigar a Raúl Pozos y Armando Toledo, exhibidos en video sacando varios millones de pesos del Palacio de Gobierno. Tampoco los millonarios desvíos de Xóchitl Mejía Ortiz en la Sebien, ni los de Karla Sánchez Sosa e Isabel Espinosa Segura en la Sedumop. Siguen impunes los desvíos de recursos de Marcela Muñoz Martínez en la SPSC, los de Ricardo Sánchez Cerino en el IEEA, los de Luis López López en el Indajucam, los de Eutimio Sosa Espina en Cultura. Y la cereza del pastel, los multimillonarios recursos desviados en la Administración anterior por su sobrina América Azar Pérez.
¿Cuál combate a la corrupción? Si el punto era que antes no se investigaban los desvíos, habrá que recordarle que Pablo Gutiérrez Lazarus tiene un expediente abierto en esa Fiscalía desde 2019, y que aún así lo hizo alcalde dos veces. Todos los funcionarios mencionados siguen gozando de la impunidad que brinda Morena pese a su comprobada corrupción. ¡Toma tu Champotón!
TRASCIENDE FAMA DE CORRUPTA.
En su columna “Desafío”, el periodista Rafael Loret de Mola hace un análisis crítico de los gobernadores morenistas, que llegaron al poder “a costa de ponerles vendajes a los electores”. Algunos de ellos, señala, se convirtieron en los aliados del crimen organizado y otros resultaron ser los más corruptos de sus entidades. Aquí unas líneas que hacen referencia a la goberladrona.
“Para confrontar la manipulación ingente del exmandante pelafustán basta con repasar cómo gobiernan las mujeres y hombres elevados a la condición de gobernadores… todos son números rojos… en Campeche, tenemos a la cabaretera del “movimiento”, Layda Sansores, que extiende negocios a sus cómplices como si fueran papas fritas… ¿Qué le debemos a la 4T? Por supuesto una transformación gatopardista para dejar las cosas iguales o peores que en el pasado…”.
La goberladrona Layda Sansores es uno de los casos más lamentables que arrastra Morena, pues es la más corrupta mandataria que ha tenido Campeche desde su fundación, y nadie tiene duda de sus nexos con el crimen organizado. Es tan perversa, que hasta su labor de cabaretera en el jaguar la carga al erario público, mientras un público hambriento le aplaude a cambio de pocas monedas.
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