Tribuna Campeche

Diario Independiente

El senador toldo

En la “donación” personal que hizo el senador Aníbal, el verdadero beneficiado fue él mismo, pues la diferencia entre el costo real y el valor facturado es de al menos 35 mil pesos, los cuales suponemos fueron a parar a sus bolsillos…

Bien reza el refrán de que “quien obra mal se le pudre el tamal” y eso le ocurrió al senecto senador morenista Aníbal Ostoa Ortega, cuando quiso aparecer como un gran gestor popular, pero fue exhibido públicamente como un mentiroso y alumno aventajado de la corrupta gobernadora Layda Elena Sansores San Román, al utilizar las finanzas del Senado de la República, para financiar sus gastos.

Al legislador federal chiapaneco se le olvidó aquél otro refrán que dice que “no hagas cosas buenas que parezcan malas, ni malas que parezcan buenas”, porque tarde o temprano todo saldrá a la luz, y quedarás evidenciado como lo farsante que eres y has sido desde siempre.

El interesante suceso, cuya difusión en redes sociales causó revuelo, ocurrió en Calkiní, donde el senecto Senador Ostoa se apersonó para donar a título personal, una lona de seis por 12 metros para proteger del sol a una parte de la feligresía que acude a las misas matinales de los domingos. Como todos saben, ante el desplome de una parte del techo de la parroquia de San Luis Obispo de esa comunidad, los oficios religiosos se celebran en una cancha del convento de las monjas clarisas que carece de techumbre.

Lo curioso fue el costo de la modesta lona y quién lo pagó. Pues resulta que el financiamiento de esa “donación personal” salió de las finanzas del Senado de la República, según consta en la factura correspondiente donde se puede apreciar que costó 45 mil pesos, con el IVA incluido. En un leve ejercicio de comparación del  producto con las mismas características y medidas en otras tiendas o plataformas de ventas, se pudo constatar que su valor real no rebasa los 10 mil pesos.

Luego entonces, la conclusión lógica es que en esa “donación” personal que hizo el senador Aníbal, el verdadero beneficiado fue él mismo, pues la diferencia entre el costo real y el valor facturado es de por lo menos 35 mil pesos, los cuales suponemos todos, fueron a parar a sus bolsillos. Buen negocito ¿no?

Es sólo una pequeña muestra de la forma como nuestros flamantes representantes populares de la “cuarta transformación” inflan su cochinito para la campaña. Es otra prueba de que todos los días violan sus postulados de “no mentir, no robar y no traicionar”,  y es también una exhibición pública de una deshonestidad política.

Es una torpeza, si usted quiere, apreciado lector (a). Y como bien dicen que “en pueblo chico infierno grande”, ese asunto se ha vuelto la comidilla política en un Municipio que le dio la espalda al proyecto  de la 4T a causa del desencanto, decepción y hartazgo de los representantes campechanos de la 4T, encabezados por la corrupta, nefasta y perversa gobernadora Layda Elena Sansores San Román e imitada magistralmente por el senador chiapaneco Aníbal Ostoa Ortega.

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