Tribuna Campeche

Diario Independiente

Educación corporativa

Poco ha hecho la farsante gobernadora por la educación básica en Campeche, como poco ha hecho también por el resto de las actividades y sectores de la sociedad, pues sus prioridades son otras…

Una investigación del periódico capitalino Excélsior, mostró que en Campeche, ocho de cada 10 escuelas (el 79.6%) carecen de Internet, y que más de la mitad, (el 51%) no cuenta con computadoras, pero la inepta y corrupta gobernadora Layda Sansores, está promoviendo ante la ONU que la capital sea reconocida como “ciudad inteligente”.

Son las incongruencias, disparidades, contradicciones o absurdos de una entidad que nadaba en petróleo, mientras su pueblo sobrevivía en medio de la pobreza, y sus políticos, entre ellos la actual gobernadora, acumulaban bienes, fortuna, tierras, joyas y demás.

Intentó la farsante Layda Elena desmentir esa información sobre las escuelas campechanas, pero hay cosas que no se modifican por decreto, entre ellas la realidad misma. Poco ha hecho su Gobierno por la educación básica en Campeche, como poco ha hecho también por el resto de las actividades y sectores de la sociedad, pues sus prioridades son otras.

Por ejemplo, obligar a los sindicatos magisteriales, no a que cumplan con sus obligaciones, que se ajusten a los horarios establecidos, que eleven la calidad de la enseñanza y aporten su granito de arena para superar los rezagos en algunas materias, principalmente español y matemáticas, sino que se afilien a Morena.

La dirigencia nacional del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), ofreció aportar a 5.5 millones de nuevos afiliados, pues será obligatorio que lo hagan no solo los profesores, sino también sus familias. Semejante aberración no se había visto ni en las épocas del priísmo más rancio.

A la gobernadora se le han planteado diversas carencias en infraestructura y equipos para las escuelas de la entidad, incluyendo a los de educación media superior y superior, pero la gobernadora no les ha resuelto. En cambio, destina millonarias partidas para financiar los carnavales del Instituto Campechano y de la Universidad, con el pago de artistas de renombre. 

Y no es equivocación de prioridades, es simple proselitismo. Ganarse a los jóvenes para acercarlos al partido oficial y reclutarlos para los procesos electorales. Se usa el dinero público con fines político-partidistas.

Esas prácticas no son nuevas ciertamente. Lo han hecho todos los partidos que han llegado al poder. Solamente que antes lo repudiaba y atacaba rabiosamente esa misma gobernante de cabello guinda que ahora lo alienta, lo financia y lo aplaude. 

¿Incongruencias? No. Así ha sido siempre, solo que ya no usa disfraz.

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