SERVIR A DOS AMOS

Incongruente que una funcionaria que defiende los derechos humanos o que un diputado, que también es pastor religioso, hayan avalado y hasta festejado la polémica ley pro-aborto…

La aprobación de la ley que despenaliza el aborto ha puesto en evidencia que estamos rodeados de políticos de doble cara. Que en privado defienden sus creencias, convicciones y principios, pero que en público, en aras de conservar la chamba y los privilegios que otorga el poder, no dudan en traicionar y pisotear aquello que antaño tanto defendían, señaló el poeta Casimiro a sus amigos de tertulia.

—Tienes toda la razón, le concedió don Memín. Y creo que el caso de la presidenta de la Comisión de Derechos Humanos, doña Ligia la Traidora es el más evidente. Se supone que ella está para garantizar el pleno respeto a nuestros derechos y garantías, pero impulsó, cabildeó y festejó que se aprobara la ley pro-aborto, que aniquila el derecho humano primordial que es a la vida”, lamentó.

—Y no te olvides del diputado Elías “Farsante” Baeza, que los fines de semana predica como pastor en las comunidades de la Bahía de la Mala Pelea, pero que en sus ratos de oficio cobra como diputado local al servicio de los del partido guinda. ¿Con qué cara puede hablar de respeto a los 10 mandamientos, de su amor por la vida y la infancia, cuando avaló con su voto que se tuviera la libertad de asesinar a los no nacidos? ¡Ojalá se pudra en el infierno!” despotricó doña Chela.

Don Julián pidió a sus contertulios que moderaran sus pasiones, pues nada se gana maldiciendo a los opositores a nuestras creencias. “Es ante todo una cuestión de educación —discursó— pues nadie ha dicho que el aborto sea obligatorio, sino que se le mira como un recurso para evitar males futuros. Tal vez para impedir que una niña de 12, 13 ó 14 años destruya su vida por un error, o cuando haya evidencia de malformaciones congénitas. En  fin. Si nuestras familias educan a sus hijos para autocuidarse, no tendrían por qué matar a seres inocentes. Por eso insisto que la base de todo es la educación”.

—Pues usted me disculpará, le respondió de inmediato doña Chela mientras se santiguaba por su inusual interrupción. Pero no se puede estar con Dios y con el diablo. Bien dice la biblia que no se puede servir a dos amos, y esos servidores públicos, como doña Magui, a quien le dieron un cargo en una institución educativa, y que todo el tiempo presume su fe, deberían enviar una señal de congruencia y renunciar a este Gobierno asesino que no respeta la vida humana ni los derechos de los inocentes. Serían hipócritas, fariseos y cómplices si avalan esa ley de la muerte” exclamó.

—Qué bueno que el pueblo reaccionó y salió a las calles a expresar su indignación, añadió el poeta, pues si bien hay grupos sociales que respaldan esa ley y que la consideran necesaria, creo que lo que está en entredicho es que para su aprobación los diputados hayan sesionado a medianoche, como si fuera una celebración mefistotélica en que entregaron la vida de inocentes. No se vale actuar a espaldas del pueblo y eso es lo que ha indignado a la gran mayoría. Pero todo acto trae consecuencias, y ya veremos cómo se cobra el pueblo esta monumental traición” concluyó.