La millonaria obra del nuevo acueducto Adolfo López Mateos fue sólo una ilusión para el pueblo de Calakmul, pues a los mil 600 millones de pesos erogados se suman lo que se sigue gastando en reparaciones de numerosas fugas que a diario son reportadas, mientras miles y miles de litros se desperdician y la ciudadanía recibe pipas con agua de jagüey de baja calidad.
Según expertos en tuberías, la calidad y cédula empleada para la línea de la nueva estructura hidráulica no son las apropiadas, además de que durante meses estuvieron a la intemperie y el Sol las dañó.
Y mientras en la obra se ejerció millonario presupuesto, no se ve la mano de la Conagua y la Capae ante un trabajo deficiente y gasto extra en las constantes reparaciones.
¿Quién resulta responsable de esta falla garrafal?, ¿se seguirá invirtiendo recursos que no solucionan el problema de fondo?, ¿quién debe responder a este error y a la corrupción que a todas luces se cometió y sigue cometiendo?
Además, ¿cuándo tomarán cartas en el asunto Bernardo Vargas, residente de Capae en Calakmul; Lesbith Güemes, directora de Obras de la Capae, y Álvaro Gutiérrez Castro, director de la Capae?
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