EXPEDIENTE | EL ORGULLO DEL NEPOTISMO LAYDISTA

Como una burla al interés de la presidenta Claudia Sheinbaum para acabar con el nepotismo, como una muestra de su reincidente desacato a la instrucción presidencial de no andar “en camionetotas” y rodeados de guardaespaldas, la gobernadora de Campeche, Layda Elena Sansores San Román insiste en otorgarle a su atrabancado sobrino Gerardo Sánchez Sansores, alias “Seso Loco”, un poder que rebasa las facultades de cualquier integrante del gabinete.

Lo ocurrido en Ciudad del Carmen, durante la reunión de empresarios con el director general de Pemex, Víctor Rodríguez Padilla para darle seguimiento al retraso en el pago por sus servicios de proveeduría, refleja que Sánchez Sansores sigue siendo el orgullo del nepotismo de la Administración laydista.

Nadie ha respondido con sensatez a la pregunta de ¿qué hacía Seso Loco en esa importante reunión, sentado al lado de los integrantes del gabinete? Si no tiene ningún nombramiento oficial, y tampoco, que se sepa, es empresario proveedor de Pemex, entonces la duda sobre su asistencia al evento sigue sin respuesta.

A través de sus panegiristas a sueldo, Seso Loco ha tratado de quitarle trascendencia a esa pregunta que ha sido llevada incluso a la tribuna del Congreso del Estado, pero habrá que aclararle que no se trata solamente de su participación, como si fuera secretario del gabinete, en los eventos oficiales.

Habrá que precisar que el Gobierno de su tía Layda Sansores incurre en corrupción, al desviar recursos públicos para pagarle sus honorarios o facturas por servicios prestados; también incurre en peculado al desviar equipos, vehículos y personal asignado a la policía, para que funjan como guardaespaldas de su sobrino.

Tratándose de un tipo mediocre, que no ha conseguido nada por sí mismo, que tuvo un pasado de vicios e irresponsabilidades y que además presenta una personalidad gris, nadie estaría interesado en referirse a él, pues solamente él conoce las razones de sus traumas y complejos.

Pero si recordamos que ha estado vinculado a través de su esposa América Azar, cuando fue funcionaria de Gobierno, en el desvío de multimillonarios recursos públicos, que ha incurrido en tráfico de influencias y en conflictos de interés, cuando facturó varios millones de pesos a través de su prestanombre a la alcaldía Álvaro Obregón, cuando su tía era la alcaldesa, y que ahora mismo se sigue hinchando de billetes a través de las factureras que mensualmente le sangran millones de pesos al presupuesto del estado, entonces sí hay razones para justificar esa petición planteada en el Congreso para que se le investigue.

Para quienes no sepan la razón de la presencia de Gerardo Sánchez Sansores en su equipo de Gobierno —además del famoso riñón donado— habrá que precisar que él es la causa de la mediocridad de esta Administración estatal. La ineptitud, ineficiencia e incompetencia del sobrino, que fracasó en todo lo que quiso emprender, es el fiel reflejo de que lo que está pasando en Campeche.

También es Sánchez Sansores el autor de los odios y rencores que transpira la anciana mandataria. Es él quien alienta los deseos de venganza contra Alito, contra Elito, contra los mocistas, contra los periodistas y contra todo aquél que, con criterio propio, no se ha sometido a los arbitrarios designios de la más corrupta e inepta gobernanta que haya tenido nuestra entidad.

Y sí, Seso Loco pasará a la historia como lo más nefasto que acompañó a Layda Sansores en su Gobierno, y si el próximo (o próxima) gobernante se pone las pilas, seguramente que escribirá el nombre de este nefasto e oscuro personaje, en las listas de las personas que podrán ser visitadas en el penal de San Francisco Kobén a partir de 2027. Ese, sin duda, es su destino más seguro. Y el más justo.