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Jorge Gustavo Sansores Jarero

“Les pido su confianza”

Si usted, estimado lector/a, alguna vez escuchó la frase que titula esta entrega, coincidirá conmigo en que al leerla también la imagina en boca de algún candidato rumbo a la elección, por una simple y llana razón: es lo que todos piden y lo primero que quebrantan.

Entiendo que ningún gobernante puede hacer mucho a unos días de estrenar la silla que le corresponde. Ni el Presidente, tampoco los gobernadores o alcaldes. Incluso quienes llegan al Poder Legislativo no hacen mucho en sus primeros días, a veces en toda su encomienda. Pero las razones varían en cada cargo y, por supuesto, también son diferentes con cada personaje de la política.

Por ejemplo el mandatario federal, Andrés Manuel López Obrador, pidió tiempo para arreglar lo que durante más de 90 años los “neoliberales y conservadores” dejaron mal. Han pasado casi cuatro años de su administración, y no sólo vemos que las promesas de mejora no llegan, sino que vamos en picada.

Mayor inflación, menos crecimiento económico, “apoyos” nimios para unos cuantos, confrontaciones con diversos sectores de la sociedad y empresarios, más crímenes dolosos y delincuencia en general, son la constante de la administración federal.

Sin embargo, muchos mexicanos confiamos en que, según la narrativa del Presidente, podía hacer algo diferente respecto a la situación que hasta el 2018 vivía nuestro país, pero algunos ya dejamos de confiar al observar los resultados. Y al igual que antes, lo que menos queremos es que al final del sexenio nos digan que “no nos dio tiempo”, porque eso raya en la falsedad. Tampoco que se quede otro periodo.

En Campeche, han pasado seis meses —faltan dos días— de la nueva Administración estatal que encabeza Layda Elena Sansores San Román, quien ya dio a conocer su Plan Estatal de Desarrollo, aunque hasta ahora no vemos atracción de inversiones, nuevas estrategias para el sector turístico, no nos han alumbrado en cuanto a temas de infraestructura portuaria, carretera, eléctrica e industrial, entre otras.

Pero a diferencia del Gobierno Federal, que de plano canceló obras importantes y programas de las pasadas administraciones, en nuestra entidad continúan los trabajos que quedaron a medias en el sexenio pasado. Hay voluntad de dar continuidad a ciertas obras, pero el tiempo apremia en otras latitudes administrativas y gubernamentales.

Y mientras la Federación se excusa por culpa de los corruptos del pasado, y en el Estado avanzan las obras supuestamente manchadas de corrupción, en los Municipios no hay nada. Ni para atrás ni para adelante. Vaya, pareciera que el tiempo se detuvo.

Los ejemplos más claros son Campeche y Carmen, por mencionar los más conocidos. Los habitantes de estos Municipios no vemos mejoras —por más que lo intentamos— en temas preponderantes como: alumbrado público, limpieza de parques y jardines, bacheo y pavimentación, mucho menos finanzas sanas.

En casi cinco meses de la llegada de los nuevos alcaldes y alcaldesas, los Municipios arrastran temas delicados en infraestructura y manejo del presupuesto.

Llama la atención Campeche, que de acuerdo a la alcaldesa Biby Karen Rabelo de la Torre, todo estaba en perfectas condiciones con la pasada administración.

Pese a ello, con cuentas claras, limpias y casi impolutas, no se aprecia mucho avance en los trabajos que requiere el municipio. Parece que el Ayuntamiento de Campeche tiene sólo un brazo que trabaja, y es el Sistema Municipal de Agua Potable y Alcantarillado (Smapac), a cargo de Juan Carlos Lavalle Pinzón.

El Smapac repara tuberías, cambia bombas, compra transformadores que le roban —por cierto, aún no sabemos quién y cómo se lo transó—, corta el suministro de agua a los deudores, pero claro, también recibe los pagos por el cobro de este servicio, y quizá por eso es que puede trabajar.

Pero la Comuna cobra otros impuestos: el Predial, licencias de funcionamiento, permisos para realización de eventos en sitios públicos —que según un diputado de Morena son impagables—, entre diversas multas al sector empresarial y sociedad en general. ¿En dónde está todo ese dinero? ¿Cuánto tiempo más debemos esperar los ciudadanos para ver mejoras en el Municipio?

Confío en que la alcaldesa Rabelo de la Torre pronto dará resultados, sólo espero que no sea demasiado tarde para bachear o pavimentar, pues ya se acerca la temporada de lluvias. Y también espero que pronto la ciudad, en todas sus partes, sea nuevamente iluminada. En caso contrario perderé la confianza —como muchos— de creer que todo estaba y va muy bien en su administración.

Carmen, tan lacerado en su economía, tuvo el regreso “triunfal” de Pablo Gutiérrez Lazarus, expanista y ahora morenista de hueso colorado. Los carmelitas tampoco ven mejoras, todo está estancado. El edil es proclive a señalar los errores del pasado, y olvida que antes de ser alcalde en esta última ocasión, ¡anteriormente lo fue!

Pero, al parecer, para Pablo Gutiérrez sus errores del pasado, que incluso lo llevaron hasta los tribunales, y tuvo que pagar reparación de daños por peculado y ejercicio indebido de funciones, ya lo “excomulgaron”. Y no es así.

Es cierto que en estos tiempos casi postpandémicos es necesario relajarse y disfrutar, pero es aún más real que la economía de Carmen requiere de inversión, de apoyo a los empresarios, y no un Carnaval. Mucho menos cuando la llegada de las oficinas de Petróleos Mexicanos (Pemex) a la Isla, todavía sigue en promesa de campaña presidencial.

En este aspecto, el de los festejos, Gutiérrez Lazarus formó una cortina de humo poco densa, para intentar tapar el proceso legal que había en su contra. Tan así, que ahora niega lo que no puede, y los carmelitas le exigen que haga lo que al parecer no quiere: trabajar y dar resultados.

Considero positivo que los mandatarios —del nivel de gobierno que sea— escarben y busquen los errores de sus antecesores, pero no creo que eso resuelva los problemas actuales. Urge que los campechanos comencemos a ver avances, de lo contrario esa confianza que les dio el pueblo en las elecciones, se irá a la basura.

Y mientras la Federación tiene sus datos, y el Gobierno Estatal continúa con lo que sus predecesores iniciaron —en lo que definen qué habrá en un futuro inmediato—, los alcaldes y alcaldesas dibujan Municipios alegres. Uno con festejos, otra con discursos y una que otra mejora en la ciudad capital. ¿Usted aún tiene confianza?

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