La Diócesis de Campeche confirmó ayer el fallecimiento del presbítero Próspero Francisco Huchín Sánchez, y anunció su funeral en la Catedral, luego de la misa de cuerpo presente mañana viernes a las 10 de la mañana.
Los sacerdotes Ricardo Hernández Tinoco, Marcos Rubén Cohuó Muñoz y Armando Rosado Cel, precisaron que Huchín Sánchez murió ayer a las 9:40 horas en el Hospital de Especialidades “Dr. Javier Buenfil Osorio”.
Allegados al sacerdote señalaron que el derrame cerebral que lo mató habría derivado de las diferencias irreconciliables que mantenía con el obispo José Francisco González González, desde su llegada a Campeche, por el trato soberbio, irrespetuoso y arbitrario a que lo sometió.
Sufrió en silencio y resignado. Muchos años permaneció en la Iglesia Catedral como vicario general, y oficiaba misas por algún impedimento que tuviera el obispo. Era el segundo en jerarquía, hasta que, inexplicablemente, el obispo trajo de Ciudad del Carmen a José Francisco Velázquez Trejo, mejor conocido como “El Bimbo”, que arrastraba denuncias por pederastia.
Nunca se repuso del maltrato a que lo sometió el obispo. “Prometí el respeto a mi superior al recibir la ordenación sacerdotal, y respetaré esa promesa”, señalaba a sus allegados, al que les reveló su dolor y extrañeza del comportamiento que le dieron, sin merecerlo.
Así, en silencio, degradado en rango, partió a su nueva encomienda, pero nunca encontró misericordia en su superior, José Francisco González González. Puede atribuirse a ese sufrimiento el derrame cerebral, indicaron allegados.
No se explicaba el maltrato del obispo González, ya que fue él quien se esmeró y preparó su llegada a Campeche en su entonces papel de administrador diocesano, revelaron sus amigos cercanos.
En pago, y sin justificación alguna, lo degradaron como vicario general y lo enviaron como párroco a Seybaplaya. Eso lentamente le habría provocado la depresión y posteriormente el derrame cerebral.
Huchín Sánchez nació el 29 de julio de 1947, lo ordenaron sacerdote el 24 de junio de 1974, en el Día de San Juan Bautista, y falleció en el “Día de la Santa Cruz”.
Durante sus 43 años ejerció su ministerio como formador en el seminario, asesor de Cursillos de la Cristiandad, párroco en Ciudad del Carmen, en San Francisco, en Nuestra Señora de las Mercedes en Champotón, Santa Iglesia Catedral, Santa Ana, y en sus últimos días de servicio como sacerdote en Seybaplaya en la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción
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