De promesas de amor a hechos de agresión

“La violencia genera violencia”, es la frase que refleja la situación que vivieron en su entorno familiar al menos cuatro campechanas que defendieron su vida o las de sus hijos ante las agresiones de sus parejas, a quienes golpearon o asesinaron, uno incluso destazado en Champotón.

Las mujeres fueron detenidas, aunque luego recobraron su libertad al corroborarse  que actuaron en legítima defensa tras años de soportar violencia y vejaciones. El hogar que sostenían, lejos de ser un “nido de amor”, se convirtió en un núcleo generador de violencia.

Uno de los casos sucedió el 1 de abril de 2011. Un humilde predio del ejido Reforma Agraria, en Champotón, se convirtió en un campo de batalla a muerte. En la puerta, en medio de un charco de sangre, estaba el cadáver de Paulino L.Z. con varios tajos de machete en la cabeza y cuerpo. Fue prácticamente destazado.

En la casa había trastes regados, ropa semiquemada y muebles rotos. En uno de los cuartos, sentada, bañada en sangre y en estado catatónico, fue encontrada B.E.E.

Ella también tenía heridas. Durante años había sufrido violencia física, verbal, económica y psicológica. Esa noche, la gota que derramó el vaso fue que su pareja intentó quemar la casa y matar a su único hijo.

Al ver que estaba en riesgo la vida de su vástago, la mujer, a pesar de estar golpeada, agarró un machete y la ira la cegó. No soltó el arma hasta que Paulino dejó de gritar y de moverse.

La historia pareció repetirse la madrugada del lunes 16 de enero del 2017, en otra humilde vivienda en medio de caminos de terracerías de la invasión 20 de Noviembre, en la ciudad capital.

L.I.R.P., joven madre que solicitó órdenes de protección con anterioridad, e incluso abandonó el hogar buscando refugio, tuvo que luchar por su vida luego de que por cuestiones económicas regresó con su esposo Exal Ely B.A., carnicero que, ebrio y cegado por los celos, la había intentado apuñalar con una navaja en una fiesta organizada cerca de su casa, en la calle Independencia de la referida invasión.

Ella se defendió con un cuchillo de cocina, tras sufrir golpes y cortes en manos.  Luego de herir de muerte a su cónyuge, intentó detenerle la hemorragia del cuello, pero la herida era mortal.

El viernes 19 de junio de 2020, F. del J.C.P., de 26 años de edad y empleado de una farmacia, fue apuñalado por su pareja frente a sus dos hijos menores de edad en un predio de la colonia Esperanza. Bebían alcohol y empezaron a discutir, al grado que F. del J.C.P., se le fue encima a D.G.V.J., la golpeó en el rostro y diferentes partes del cuerpo.

La mujer se armó con un cuchillo de cocina y le dio una puñalada en el pecho. El hombre salió trastabillando de la casa, caminó varios metros en la calle y se desplomó sin vida.

CASOS CONCRETOS

E INTENTOS

En cuanto a los feminicidios e intentos de asesinatos que mayor impacto generaron en la sociedad campechana se encuentra el caso Geysol, cuyo victimario está en libertad ante las influencias que mantenía en el Poder Judicial del Estado de Campeche (PJEC), pese a que ya fue sentenciado.

El hecho violento inició en enero de 2015, cuando Geysol S.A.S., quien vivía en un predio de Villa Naranjos, donde vivía con R.J.P.E., fue apuñalada 37 veces, la intentaron degollar, y fue golpeada en la cabeza; pese a todo, sobrevivió.

El hombre fue acusado de lesiones calificadas, y no por feminicidio en grado de tentativa. Fue vinculado a proceso hasta que la víctima y abogadas que vinieron de la Ciudad de México lograron la reposición del procedimiento, y que fuera reclasificado el delito a feminicidio en grado de tentativa, por lo que recibió sentencia, aunque está amparado y libre.

El agresor llamó a su padre, que estaba en un rancho situado en el kilómetro 270 de la carretera federal 186 Escárcega-Villahermosa.

Ahí llevó a la víctima y la dejó abandonada durante horas esperando que muriera. Ella se aferró a la vida, y no quedó de otra que llevarla a un sanatorio, argumentando que la lesionaron en un robo violento.

El agresor huyó de la entidad y sigue prófugo. La mujer se recuperó y señaló a su victimario y al papá, que fue detenido y sentenciado a ocho años y cuatro meses por homicidio, no feminicidio, en grado de tentativa.

El viernes 12 de febrero de 2021, un joven discutió y asestó puñalada mortal en el pecho a su novia I.L.Á., de 24 años de edad, en un predio ubicado en Bugambilias de Xpujil, Calakmul.

El responsable fue detenido y vinculado a proceso, una vez que se reclasificó el delito de lesiones calificadas a feminicidio.

Por otra parte, el sábado 14 de diciembre de 2019, F.S.P. dormía en la cama del cuarto de su hija, en Emiliano Zapata, Candelaria, cuando de pronto Adolfo Guzmán Hernández llegó y le disparó a quemarropa con una escopeta, causándole la muerte instantánea.

El feminicida fue detenido, vinculado a proceso y sentenciado a 26 años y ocho meses de prisión, tras declararse culpable en audiencia de Procedimiento Abreviado (PA).

El lunes 8 de febrero del 2021, en Bacabchén, Dzitbalché, M.M.C.P. fue asesinada a quemarropa con una escopeta mientras dormía en su hamaca. Su esposo, E.A.M., de 59 años de edad, fue detenido y vinculado a proceso. La Fgecam consideró que el crimen no se configuraba como feminicidio, y acusó al presunto asesino de “homicidio de cónyuge”.

En septiembre de 2021, madre y sus dos pequeñas hijas fueron reportadas como no localizadas, luego de que salieron de un predio de Residencial San Francisco de la capital campechana. Sus cuerpos fueron encontrados el día 20 de ese mes en el fondo de una fosa de la sala de fiestas “Los Sauces” de Chiná, Campeche.

Alex Javier Hernández Zapata, expareja de la fémina, fue sentenciado a 80 años de prisión en audiencia de PA que se llevó a cabo el jueves 23 de septiembre, en que se declaró culpable de asesinarlas  y desaparecerlas.

Finalmente, el domingo 6 de febrero del presente año fue encontrado enterrado y en avanzado estado de descomposición, el cuerpo de Argelia García Velázquez, de 36 años de edad, de quien sus familiares no sabían nada desde el jueves 6 de enero de 2022.