Escurridiza y bajo la custodia de una valla conformada por servidores públicos estatales, la gobernadora Layda Elena Sansores San Román calló ante los cuestionamientos y la respuesta de la alcaldesa Biby Rabelo de la Torre, que la acusó de persecución política y nulos resultados de su gobierno en un año que lleva en el poder, en el que no ha realizado ninguna obra.
Al concluir el desfile cívico-militar por el inicio de la Independencia de México, algunos ciudadanos tenían intensiones de abordar a la mandataria. Sin embargo, en cuestión de segundos, apenas concluyó el parte militar, una fila de hombres y mujeres, empleados de la Secretaría de Bienestar (Sebien) estatal se plantaron frente a Sansores San Román.
Como si se tratase de un grupo antimotín, no permitieron que nadie se acercara a la mandataria ni la incomodara. La gobernadora, que dice ser de “más territorio y menos escritorio”, se despidió de sus colaboradores. Cuando descendía del escenario, pasó cerca de una valla metálica, momento en que la prensa independiente la cuestionó respecto a las reacciones de la alcaldesa Rabelo de la Torre, que la acusó de ejecutar una perversa persecución política
A Sansores San Román se le desdibujó la sonrisa cuando escuchó la pregunta. Casi sorprendida y enojada porque su gente no había logrado disuadir a los representantes de los medios de comunicación que le resultan incómodos, se negó a responder y se dio a la fuga, custodiada por sus guaruras, lo que ya parece costumbre de quien dice defender el derecho a la información y la libertad de expresión.
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