Tribuna Campeche

Diario Independiente

Monseñor José Francisco González González, ofició la misa de mediodía en Catedral.

La educación está en crisis profunda: obispo

Se requieren maestros de vocación, y no sólo para sacar el trabajo

Es innegable que vivimos en una crisis educativa profunda, afirmó el obispo de Campeche, monseñor José Francisco González González quien subrayó, en su homilía dominical, la labor del maestro y aseguró que “para educar hay que saber amar”.


El mes de mayo está plagado de fiestas y conmemoraciones, y dos de las más notorias son el Día de la Madre, que siempre es bien recordado y celebrado, y el Día del Maestro, hoy.


Por ello —dijo—, lo primero a destacar que para ser maestro y educador se requiere asimilar esta actividad desde la visión de una vocación, y no de un mero trabajo.


Educar desde el corazón requiere la luz de la inteligencia y del pensamiento amoroso y clarificador. La educación, en síntesis, es obra de la amistad, para quien ama da vida. Sólo es estéril quien vive sin amor, pues el corazón está hecho para sentirse lleno.


El obispo recalcó lo importante que ha sido la figura del educador en la vida humana. “Esa importancia descuella aún más en los tiempos actuales, porque es innegable que vivimos en una crisis educativa profunda”.

Monseñor José Francisco González González, ofició la misa de mediodía en Catedral.


El educador “enseña a los alumnos a usar la razón como medio para trascender las apariencias, y comprender el significado profundo del mundo y de la vida”.


Además, ayuda a sus pupilos a ser críticos buscando la verdad y preguntando no sólo el “cómo”, sino el “porque” de las cosas que suceden. Parte de ese aprendizaje consiste también en aprender a cuestionarse acerca de las razones que contribuyen a la realización de la persona y de quienes le rodean.


El educando, teniendo al frente un buen maestro, aprende a descubrir la auténtica dignidad de cada persona y de su vocación al servicio solidario de la sociedad, Una educación equilibrada forja personalidades maduras, capaces de tomar decisiones solidarias por causas más nobles.


La educación se forma en el verdadero amor; en cambio, la fata de educación hace brotar el odio, expuso.

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