Oaxaca.– José, con tan sólo cinco añitos, asumió la responsabilidad de una familia. Es el mayor de tres hermanos, su padre los abandonó y su madre fue diagnosticada con artritis reumatoide, además de sufrir un derrame cerebral, lo que le provocó la inmovilidad de la parte izquierda de su cuerpo.
Todos los días José realiza una larga travesía para llegar a la plaza central con su única pertenencia e instrumento de trabajo que le permite sobrevivir a él y a su familia: un cajón para bolear zapatos.
El pequeño puede ser visto desde las 8 de la mañana ofreciéndoles su servicio a las personas que pasen. A pesar de sus largas jornadas de trabajo, de más de 10 horas, lamentablemente no son muchos los que lo contratan, por lo que llevan de $200 a $300 pesos a casa y algo de comida que los locatarios le regalan por el cariño que le tienen.
Las vecinas del menor le ayudan por las mañanas con su madre y sus hermanitos de 2 y 3 años. José cuida de manera admirable a su familia, asumiendo un papel que no le pertenece.
El pequeño ha tenido que cambiar los juguetes por el trabajo, su inocencia ha sido robada. A su corta edad parece enfrentar solo al mundo y protege a su familia, a quienes ama.
José ha sido despojado del mundo infantil para ingresar a uno que no le corresponde, el de los adultos.
Fuente: C87
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