VILLA DE ÁLVAREZ, Col. (El Universal) — El presidente Andrés Manuel López Obrador reconoció que, pese a la llegada de médicos especialistas de Cuba y a las convocatorias de contratación del IMSS, es tanto el rezago y atraso que le va a llevar todo el Gobierno y “no vamos a poder tener a todas las plazas cubiertas” que México necesita.
Al supervisar los avances del Plan de Salud IMSS-Bienestar en este Municipio, el Mandatario destacó que está abierta la convocatoria para la contratación de más de 10 mil especialistas, además de que se tienen 40 nuevas escuelas públicas de medicina y enfermería, y se ha apoyado a más de 20 mil médicos que estudian alguna especialidad.
En compañía de la gobernadora Indira Vizcaíno (Morena), el Jefe del Ejecutivo señaló que su administración busca que haya médicos las 24 horas en hospitales y los fines de semana.
“En tanto tenemos todos los médicos que se requieren que es tanto el rezago, el atraso, que nos va a llevar todo el Gobierno y no vamos a poder tener a todos los especialistas.
“Porque lo que queremos es que haya médico 24 horas en los hospitales, no queremos que sólo sea un turno o dos, o que no haya doctores los fines de semana como si la gente no se enfermara el sábado o el domingo, queremos tener completo el servicio”, dijo.
En el Hospital General de Villa de Álvarez, el Presidente anunció el arribo de 55 médicos especialistas de Cuba a Colima ante el déficit que existe en la entidad.
VISITA MINA
El presidente López Obrador visitó ayer la mina La Agujita, en Sabinas, Coahuila, donde se encuentran 10 mineros atrapados desde el miércoles pasado.
Las familias, que esperaban una reunión formal con el Mandatario e información sobre el proceso de rescate, se molestaron cuando López Obrador les dedicó sólo unos minutos para darles palabras de apoyo.
El Presidente llegó a las 15:11 horas a bordo de una camioneta e ingresó a la mina, donde hizo un recorrido junto al gobernador Miguel Riquelme Solís.
Después se acercó a las familias de los mineros atrapados, con las que permaneció menos de cinco minutos, según los propios familiares.
Ante el malestar de la gente, que esperaba una reunión más formal, comenzaron a gritar y a tratar de acercarse más al Presidente, lo que desencadenó una trifulca de empujones y gritos que fue contenida por personal del Ejército.
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