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Fue un espejismo parte del milagro económico chino

El fin del auge económico de China perjudicará probablemente a los exportadores de materias primas y enviará desinflación a todo el mundo, advierten especialistas

PEKÍN, (Reuters).- Los primeros grandes planes de reforma del presidente chino. Xi Jinping, hace una década, fueron también los más audaces: preveían una transición a una economía de libre mercado de estilo occidental, impulsada por los servicios y el consumo para 2020.
La agenda de 60 puntos pretendía arreglar un modelo de crecimiento obsoleto más adecuado para países menos desarrollados; sin embargo, la mayoría de esas reformas no han llegado a ninguna parte, dejando la economía en gran medida dependiente de políticas más antiguas que no han hecho sino aumentar una enorme deuda y un exceso de capacidad industrial.
El fracaso de la reestructuración de la segunda economía mundial ha planteado interrogantes serios sobre el futuro de China.
Muchos analistas ven más probable una lenta deriva hacia un estancamiento al estilo japonés, pero también existe la perspectiva de una crisis más grave.
“Las cosas siempre fallan lentamente hasta que se rompen de repente”, comentó William Hurst, catedrático Chong Hua de Desarrollo Chino en la Universidad de Cambridge.
“Existe un riesgo significativo a corto plazo de una crisis financiera u otro grado de crisis económica que acarrearía costos sociales y políticos muy apreciables para el Gobierno chino. Al final, tendrá que haber un ajuste de cuentas”.
China salió de su economía planificada maoísta en la década de 1980 como una sociedad mayoritariamente rural, muy necesitada de fábricas e infraestructuras.
Cuando estalló la crisis financiera mundial en 2008-2009, ya había cubierto la mayor parte de sus necesidades de inversión para su nivel de desarrollo, según los economistas.
Desde entonces, la economía se cuadruplicó en términos nominales, mientras que la deuda global se multiplicó por nueve. Para mantener un crecimiento elevado en la década de 2010, China duplicó la inversión en infraestructuras e inmuebles, a expensas del consumo de los hogares.
El fin del auge económico de China perjudicará probablemente a los exportadores de materias primas y enviará desinflación a todo el mundo.

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