La violencia doméstica y contra las mujeres va en aumento en el municipio y el principal problema que se enfrenta es la falta de valor de las afectadas para denunciar, lo que impide saber con exactitud el número de casos que hay, pero donde más se registran es en la zona rural.
El problema se atribuye, en su mayoría, por el alcoholismo, la falta de educación, machismo y el tipo de cultura de las propias familias, además del miedo por presentar las denuncias ante las instancias, debido a que el atraso de la aplicación de la justicia origina más maltratos, lo que, en muchas ocasiones, resulta peor para las víctimas.
María Soledad Hermosillo Rodríguez, presidenta de la Red de Mujeres de Escárcega, aseguró que la violencia intrafamiliar no disminuye, es algo progresivo, que afecta a la mayoría de las familias, principalmente a las de escasos recursos, donde prevalecen los problemas de alcoholismo y drogadicción.
En la zona rural, dijo, es donde hay más situaciones de esa índole, es algo inocultable, y todo se complica por la misma educación y cultura. Las mujeres, aunque no lo quieran, se someten ante el machismo pues de esa manera fueron educadas, pero lo peor, es que tampoco denuncian porque saben que les puede ir peor.
PLÁTICAS
Llevamos pláticas a las comunidades para tratar de erradicar el problema, desafortunadamente, en la mayoría de las ocasiones existe la cerrazón, y poco caso hacen. Sin embargo, no dejamos de insistir porque sabemos que el problema es grave y va en aumento, indicó.
A su vez, Gloria López Álvarez, del Instituto Municipal de la Mujer, sostuvo que la violencia ha propiciado la desintegración de muchas familias en el municipio. No es privativo de las comunidades, sino también persiste en las ciudades, sin respetar los estratos sociales.
Es algo que preocupa, es innegable el problema, buscamos soluciones, concientización y damos información de qué deben hacer las afectadas en caso de que sean víctimas de esa situación. Es preocupante la falta de cultura para denunciar esos atropellos, por eso, los hombres continúan cometiéndolos.
Emma Graciela Martínez Sosa, ex dirigente del Organismo Nacional de Mujeres Priístas (Onmpri), criticó el tortuguismo con que se da seguimiento a las denuncias por violencia contra las féminas y aseguró que la situación, aunque no se sale de control, afecta a muchas familias.
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