POMUCH, Hecelchakán.— Sostenido en su inquebrantable fe, José Isidro Poot, de 66 años de edad, cargando casi 50 kilos y con una pierna lastimada, sigue su peregrinar desde la Basílica de Guadalupe hasta su pueblo natal Cansahcab, Yucatán.
Policías municipales le brindaron un techo en la comandancia, para que pase la noche y se proteja del frío.
El peregrino guadalupano relató que ha sido antorchista en bicicleta y en grupo desde hace 11 años, pero a raíz de un accidente que sufrió su hijo hace dos años hizo la promesa de caminar desde la Basílica de Guadalupe hasta su pueblo de origen.
Lleva en la espalda dos imágenes grandes y una mediada de la Virgen de Guadalupe, un Cristo Negro y un Juan Diego con un total de casi 50 kilos de peso, y sigue firme en su caminar desde hace 2 meses.
Relató que en autobús acude a la Ciudad de México y al llegar a la Basílica de Guadalupe empieza su travesía a pie.
Señala que uno de los milagros que le concedió la Virgen de Guadalupe fue “mi hijo” y guarda celosamente los detalles.
Estos dos años de peregrino a pie han sido de aprendizaje. En su paso por Seybaplaya sufrió una caída que le dejó una pierna lastimada, pero aún así continúa porque lo sostiene su inquebrantable fe a la Guadalupana. Llegará a su destino el 12 de diciembre.
“Seguiré cada año, hasta que el cuerpo aguante”, dijo don Isidro, quien continuó su camino hacia Hecelchakán y después a Santa Cruz Pueblo, donde realizará una parada.
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