CALKINÍ.— Con 27 años dedicado a la elaboración de pesebres, Francisco Canché May reconoce que la pandemia hizo colapsar la demanda de su producto.
La crisis económica en las familias, generada por la pérdida de empleos ante el confinamiento, está causando estragos en sus ventas.
El artesano de 65 años, cuyo domicilio se ubica en la calle 16 entre 7 y 9 del barrio de San Isidro de la ciudad de Calkiní, señala que no pierde las esperanzas de que sus ingresos aumenten.
Recordó que este trabajo permitió darles estudios a sus hijos y mantener a su familia, pero este año ha sido diferente.
Dependiendo del acabado es el precio, explica. Tengo pesebres de 100 pesos hasta de mil 500 pesos.
Desde muy temprano sale de su hogar en busca de maderas para sus obras. Su hijo César Canché Ku, de 38 años, le ayuda en el oficio.
Espero que termine pronto esta contingencia y la ciudadanía tenga el recurso para poder pagar un pesebre, dijo, al destacar que no ha recibido apoyo económico del Ayuntamiento que preside el alcalde Roque Jacinto Sánchez Golib.
Nos hace falta algún apoyo para poder activar nuestra economía, puntualizó don Pancho.
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