HOPELCHÉN. — La destrucción de zonas de selva aumenta en el Municipio a causa del cambio de uso de suelo, pues amplias extensiones son desmontadas ilegalmente para realizar trabajos de labranza, en perjuicio del medio ambiente.
Durante recorrido, el corresponsal de TRIBUNA pudo confirmar que por lo menos 10 hectáreas han sido deforestadas recientemente en el tramo Pakchén-Dzibalchén, donde grupos de campesinos talaron numerosos árboles de jabín, chacá y dzidzinché.
A pesar de que operativos en los que participaron elementos de la Sedena, Marina, Guardia Nacional, FGE y PEP, han logrado frenar varias acciones de tala ilegal, ello no ha disuadido a personas que insisten en apoderarse de extensas superficies de selva para actividades agrícolas y pecuarias.
Las clausuras de acciones de desmonte más recientes ocurrieron en el área que abarca la población de Iturbide y los campos menonitas de Nuevo Progreso y Nuevo Durango, pero la deforestación persiste en otras zonas como las de Pakchén.
Incluso desde la carretera es evidente el deterioro forestal realizado por campesinos que con maquinaria pesada arrasaron decenas de kilómetros de vida silvestre hasta casi llegar a la localidad de Dzibalchén.
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