Tribuna Campeche

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Sin autoridades ni alumnos en los 92 años de la Normal

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HECELCHAKÁN.—  Sin alumnos, con la ausencia del secretario de Educación,  Raúl Pozos Lanz, y de la subsecretaria de Educación Normal, María Martina Kantún Can, y sin respuesta de la gobernadora Layda Elena Sansores San Román a la exigencia de mejorar las condiciones físicas del plantel, el 92 aniversario de la Escuela Normal Rural “Justo Sierra Méndez” se limitó a una ofrenda floral y desayuno de veteranos egresados.

Los exalumnos marcharon del obelisco del maestro, que se encuentra enfrente de la escuela, tomaron la calle principal hasta llegar al  exconvento franciscano, donde inició la escuela y recordaron el trabajo y esfuerzo del director fundador Juan Pacheco Torres, que en 1930 abrió las puertas a los hijos de los campesinos.

Entonaron el himno normalista, recordaron a algunos destacados egresados que ya fallecieron, y al finalizar el evento se trasladaron a la institución para un desayuno, pues varios docentes viajaron de Mérida, Tabasco y Quintana Roo para honrar a su alma máter.

Normalistas lamentaron que el Gobierno de Layda Elena Sansores San Román los tenga en el olvido. Esperaban ser escuchados, y al final demostraron que la educación no les interesa ni a la gobernadora ni al secretario de Educación, Raúl Aarón Pozos Lanz, que no asistieron al evento por temor al reclamo.

Doris Canul Soriano, madre de familia, lamentó que las autoridades no informen ni actúen, mientras que las condiciones físicas del edificio cada vez están peor, con riesgo para la seguridad de sus hijos.

Alumnos denunciaron que la subsecretaria de Educación, María Martina Kantun Can, ha asistido a la escuela sin solucionar nada. Por ejemplo, fue a presentar al nuevo director a los docentes y no dio a conocer alguna mejora para la escuela. “Se pasa resolviendo cosas partidistas” acusaron.

También esperaron inútilmente la intervención del secretario de Educación, Raúl Pozos Lanz, pero fueron engañados. Lo único que les autorizaron fue  subir de 100 o 150 pesos la alimentación por alumno, pero no responden a la urgencia de tener una escuela en mejores condiciones.

“Es una lástima celebrar 92 años de la fundación de la escuela con estas terribles carencias. Los egresados vivieron una etapa distinta, donde los recursos se destinaban a lo que era y ahora ni la alimentación es buena, los dormitorios siguen deprimentes y pareciera que están esperando a que se caiga un edificio y haya muertos, para que actúen”, consideraron.

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