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Rezadoras tienen agenda llena por fieles difuntos

TENABO.— Durante las celebraciones del Día de Muertos, las rezadoras incrementan su actividad en un 100 por ciento, a tal grado que el tiempo no les da para atender las solicitudes.
Aunque esto es parte de las costumbres, en donde las familias tenabeñas reciben a sus fieles difuntos, y les ofrendan alimentos acompañados de rezos y otros pequeños rosarios.
Ante la cercanía de la celebración de los fieles difuntos, la demanda por las rezadoras aumenta, y es tal que muchas no se dan abasto, incluso hay quienes dejan mal a quienes las contrató. Sin embargo es por el tiempo, pues un rezo dura cerca de una hora, sobre todo que también tienen a sus difuntos, y tienen que regresar a sus casas a rezarles.
Tal es el caso de Irma Dolores López Moo, quien dijo que desde los 22 años empezó a rezar, actualmente tiene 42, y dijo que lo hizo por necesidad, pues sus hijos eran menores.
“La cuestión es que algunas no querían rezar, y se requería para quedar bien con la familia, y se tenía que hacer. Esto me obligó, y decido aprender el oficio”.
Ahora llevo dos décadas rezando, y cada celebración de los finados es maratónica, pues es tradición en las familias.
Recordó que en sus inicios se pagaba a 15 pesos la novena, pero todo va cambiando, ahora cobra 100 pesos, y se le reza a las almas y a los santos, y en estas fechas el porcentaje incrementa.
En esta ocasión tiene su agenda llena, y depende del tiempo, se hacen 8 a 10, y empieza desde el mediodía, hasta que casi anochecer. En los rezos de almas chicas se hace entre 6 y 7, por el día, en el caso de los grandes, son 8 a 10, cerrando entre las 9 a 10 de la noche, para llegar a mi casa que es el último.

EXPERIENCIAS

Recordó que en sus dos décadas de rezar a los finados, ha tenido varias experiencias sobrenaturales. “Una vez en el cementerio, en una tumba se escuchaba como si rasgaran por dentro del ataúd. Obviamente me impresioné, pero hay que continuar”.
En otro caso dijo que en una casa, en un vaso con agua se reflejó a una persona como si estuviera entrando de la puerta, y casi al terminar el rezo, la persona se veía de espalda.

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