CIUDAD DE MÉXICO (El Universal) — Por unanimidad, los magistrados del Tribunal Colegiado en Materias de Trabajo y Administrativa del Decimocuarto Circuito, con sede en Mérida, Yucatán, confirmaron la suspensión provisional otorgada por un juez federal contra las obras de construcción del Tramo 5 sur del Tren Maya, que va de Playa del Carmen a Tulum, Quintana Roo.
Lo anterior, debido a que el Fondo Nacional de Fomento al Turismo (Fonatur), encargado de la obra, una de las más importantes del Gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador, no cuenta con la Manifestación de Impacto Ambiental (MIA), indispensable para los trabajos de ejecución.
Determinó que se mantenga suspendido “cualquier acto que tenga como finalidad la continuación de la construcción del Tramo 5 sur del Tren Maya, de modo que no se permita la ejecución de obras relacionadas con su construcción, infraestructura, remoción o destrucción de la biodiversidad del terreno o cualquier otra actividad que implique su ejecución”.
En abril pasado, el Juzgado Primero de Distrito en Yucatán otorgó la suspensión provisional a un grupo de buzos del Municipio de Solidaridad, Quintana Roo, y ordenó que se frenaran las obras; determinación que fue impugnada por el Gobierno Federal ante un Tribunal Colegiado.
A través del Fonatur, el Gobierno Federal interpuso un recurso de queja que fue turnado al mencionado Tribunal, que ratificó el fallo del Juzgado Primero de Distrito en Yucatán.
Las retroexcavadoras no paran y aceleran la deforestación de la selva para abrir paso al Tren Maya, en el poniente de Playa del Carmen, por donde cruza el Tramo 5 de la obra.
El aroma a árboles recién cortados, entre ellos el chicozapote, chacá y chechén, se percibe en la brecha del trazo que cruza avenida Juárez en dicho Municipio, a más de un mes de que inició la tala de vegetación virgen que, a decir de Selvame del Tren, dañará los corredores biológicos para la vida silvestre y la fuente de agua dulce para la región.
A su paso, la maquinaria va dejando enormes montones de árboles apilados que se secan con el paso de los días, aunque algunos se niegan a morir porque retoñan de entre los troncos trozados que se aferran a la tierra, constató El Universal en un recorrido.
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