Tribuna Campeche

Diario Independiente

Día del Caminero

Botica

Almirez.— “El PRI tiene muchos cuadros valiosos”,

Castillo R. (Mr. PRI Uno).

 

¡A montar exposición/ con rígida vigilancia!/ La cultura

es pasión/ y por robo, desconfianza.

 

Pioneros en SOP, olvidados (1960-2016).— Con regresiones en la historia, nació como SOP, pasó a Sahop y actualmente es hoy Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT). Recuerdo con nitidez algunas vivencias de hace 56 años, cuando éramos desempleados choferes, personal de oficina y maestros en diversos oficios, desde luego profesionistas campechanos y uno que otro “extranjero”.

Fue así que recién llegado del altiplano y enterado de la oportunidad de contratarme como conductor de automotores, en marzo de 1960, solicité empleo en la naciente SOP y recibí la oportunidad de viajar —junto con más de 50 personas, entre choferes y representantes—, al Distrito Federal para recibir los diversos vehículos de la Secretaría de Obras Públicas asignados a Campeche y Conservación de Carretas Federales.

Había de todos los aspectos en mantenimiento: bacheo, nivelaciones, chapeo de derecho de vía, construcción de alcantarillas y cunetas, completa señalización para tránsito vehicular: informativas, restrictivas, prohibitivas, etc., y desde luego para conservación de carpetas asfálticas, pinturas y rayas divisoria y laterales, entre otros.

También se contaba con “quebradoras” o molinos para piedra, que producían grava necesaria —de pepena— y de óptima calidad.

Retomando al periplo, ya de vuelta a Campeche después de un venturoso viaje por carreteras federales o libres (ya existía la súper DF-Puebla-Córdova), cruzamos puentes de Alvarado y Coatzacoalcos.

En Frontera, Tabasco, hicimos el primer cruce  acuático en panga para varios vehículos, por lo que la espera no fue larga para continuar hacia Zacatal, donde empezaron los “goces del ambiente” soportando desde el atardecer hasta la mañana siguiente los piquetes del chaquiste.

Cruzamos a Ciudad del Carmen y, sin detenernos, continuamos hacia Puerto Real, rumbo al cruce que conduce a Isla Aguada, donde el ataque del chaquiste se incrementó por su presencia día y noche, tormento desesperante y doloroso cuando había que desahogar alguna necesidad fisiológica. La estancia ahí fue más larga. Un pequeño chalán con cupo para un automotor era jalada por pequeña embarcación.

Al fin ya en tierra firme, transitando por brechas, llegamos a Sabancuy e inició la carretera hacia Campeche. Pequeña estadía en la capital, para de inmediato partir rumbo a las sobrestantías asignadas. Nos correspondió iniciar actividades en Muna, Yucatán, habilitando abandonada casa particular, y de ahí acatando varios cambios de residencia: Hopelchén, Champotón, Escárcega y Valladolid, pero siempre haciendo milagros para sobrevivir con una constante y raquítica ingesta de alimento y tomando agua de pozo y hasta de sarteneja, por mísero salario de $21.30 y ocasional medio tiempo de $10.65 para cuatro horas, que siempre rebasamos.

Es en Valladolid, Yucatán, donde asciendo de categoría a “checador de avances”, con mismo salario, pick up y chofer para cumplir cometido.

Valladolid de inolvidables recuerdos e inhumanas jornadas laborales. Marco mi renuncia a expoliador encargo laboral a lista de raya y diario recorrido Valladolid-Mérida (Progreso ocasional) y Valladolid- Puerto Juárez–Valladolid.

Recorrido inicial de cuatro horas, completado a las 18 y previo baño para redactar el diario chequeo de asistencia laboral de los trabajadores asignados a las diversas cuadrillas, recabar reportes de producción y consumos de campamentos situados a lo largo de los trayectos.

Así, a las 10 de la noche un breve descanso para reiniciar labores al día siguiente. Así fue de lunes a sábado de todos los meses del año. Hastiado, renuncio el 2 de noviembre de 1964.

Una mínima muestra de carencias y necesidades: Asignado para aforar automotores en el tramo Valladolid–Puerto Juárez , de 6 de la tarde a 6 de la mañana; como único alimento propio un pepino y 12 galletas de soda.

SIN RENCORES: Van felicitaciones a Eliasib Polanco Saldívar, director de la SCT Campeche; a camineros que en el campo festejan y a numerosos oficinistas que, disfrutando en espacios modernos y climatizados con aguas purificadas y frías, café, etc., ¡jamás nos han recordado!

Que haya salud.

 

Héctor M. Becerra Gratacoz

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