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Jorge Gustavo Sansores Jarero

FRACASA OPOSICIÓN

Todos los políticos quieren defenderse con estadísticas. Si les preguntas acerca de la economía, te aseguran que en las encuestas vamos en primer lugar de inversión. Si el cuestionamiento trata del desempleo, lanzan que hay nuevos empleos, pero no dan cifras comparativas entre los perdidos y los contratados. Y si el asunto es la inseguridad, aunque haya al menos una decena de crímenes dolosos en los últimos días, se defienden con lo que marcan sus estadísticas.

Y en efecto, los estudios demoscópicos dan cifras alegres, pero no debemos olvidar que quienes pagan las encuestas reciben los datos que necesitan, o más bien los que quieren dar a conocer. En este caso, aunque las cifras mencionen que Campeche va muy bien en materia de seguridad, lo que se ve no se juzga.

No recuerdo todos los últimos crímenes cometidos en la entidad, tampoco soy quien, para señalar a los presuntos ejecutores, esa es tarea de las autoridades, en concreto de la Secretaría de Protección y Seguridad Ciudadana (SPSC), y de la Fiscalía General del Estado de Campeche (Fgecam), pero cuando menos va una decena en el último bimestre, sino es que son más.

En este sentido, y como los datos no cuadran con lo que vemos a diario, que es lo que indica la percepción ciudadana, no queda la menor duda de que la delincuencia va en aumento. Y tratar de maquillar las cifras no sirve de nada, pues son las mismas autoridades quienes se contradicen a cada minuto.

Por ejemplo, la titular de la SPSC, Marcela Muñoz Martínez, hace unos días aseguró que las mantas que aparecieron en Ciudad del Carmen, y que vierten amenazas en contra de “Los Colombianos”, fueron colocadas por el Cártel Pura Gente Nueva (PGN). Esto quiere decir que los agentes de inteligencia de la Secretaría ya habían investigado, le pasaron los datos a Muñoz Martínez, y ella pudo informar a los reporteros que la entrevistaron, pues dudo mucho que lo haya inventado para enfrentarse con ellos.

Sin embargo, el diputado presidente de la Junta de Administración y Gobierno del Congreso del Estado, el veracruzano Alejandro Gómez Cazarín, culpó a la oposición, en concreto al Partido Revolucionario Institucional (PRI) de la colocación de las mantas, lo que contradice totalmente a la guanajuatense titular de Protección y Seguridad Ciudadana.

Pero tantito peor, para la gobernadora Layda Elena Sansores San Román lo que valen son las estadísticas y lo que dictan las encuestas, y para ella el tema de la inseguridad es cosa del pasado, pues ahora hay menos delitos que antes. El problema, asegura, es que ya hay más carpetas de investigación abiertas.

Pero la realidad es que en últimos días hubo un balaceado, otro ejecutado y calcinado, y un intento de secuestro en Tikinmul, en el Municipio de Campeche. También la ejecución de una mujer, una baleada y otra asesinada a puñaladas, más lo de las mantas, en Carmen, por mencionar algunos casos, lo que definitivamente no cuadra con los números de la gobernadora.

Las opciones que tiene la administración estatal son: o dejan de abrir carpetas de investigación para que no se descuadren sus números o bien, que acepten que hay delincuencia y cambien de estrategias, si es que las tienen.

Asunto interesante sería que Muñoz Martínez y Sales Heredia acepten la invitación de los diputados priístas para comparecer, pues aunque aquí no estamos como en Ayotzinapa, como tristemente comparó la mandataria estatal, no creo necesario llegar a eso para que los expertos en seguridad y procuración de justicia den la cara y respondan los cuestionamientos de los opositores.

Pero no, los titulares de Seguridad y de la Fiscalía no irán a comparecer al Congreso, porque la bancada de Movimiento Regeneración Nacional (Morena) y sus nuevos aliados de Acción Nacional (PAN) lo impidieron. Y para confirmar el dato, la gobernadora adelantó que será hasta agosto, después del Informe, cuando les toca comparecer.

Que la bancada de Morena no permita que comparezcan Marcela Muñoz y Renato Sales, es una forma de aceptar que las cosas van mal, pues prefieren evitarles los cuestionamientos de la oposición. Si yo fuera titular de alguna de esas dos dependencias, para salvar mi honra y no quedar como inepto, me presentaría voluntariamente para responder a las preguntas de los diputados.

Sin embargo, lo que más llama mi atención no es la evasión de las comparecencias de estos dos funcionarios por parte de los morenistas y “panistas”, sino la pésima interacción entre las bancadas de oposición en el Congreso local.

De nada sirve que los legisladores del PRI y de Movimiento Ciudadano (MOCI) suban a defender su honra y a exigir que los encargados de la seguridad en la entidad se presenten, si cada bancada lo hace por su lado, y ni siquiera se voltean a ver entre ellos cuando están en la Cámara.

Hace unos días me sorprendió mucho la excelente participación de Ricardo Miguel Medina Farfán para exigir la comparecencia de Muñoz y Sales, pues lo hizo con mucho tacto, con argumentos y sobre todo con educación, pero no tuvo eco en la bancada de MOCI. Lástima, tal vez faltó acordarlo antes, y me extraña porque hay varios diputados del tricolor con experiencia legislativa.

Por otro lado, también me dio gusto ver a la diputada mocista Mónica Fernández Montúfar, al asestarles tremendo gancho al hígado a los morenistas, cuando les recordó que en todas las dependencias estatales hay expriístas, ya sea como titulares o en puestos de segundo nivel. Por cierto, con mejores sueldos que los de Regeneración Nacional.

Pero una vez más los priístas callaron y no secundaron a Mónica Fernández, tal vez por ser hermana de Eliseo, pero eso debe quedar en segundo término cuando lo que deberían hacer es amacizar a la oposición en el Congreso. Esa es la única forma, al menos que tengan intereses personales muy escondidos, como en su momento demostró Pedro Cámara Castillo, presunto panista al servicio de Morena.

Si la oposición en el Congreso local no logra ponerse de acuerdo y trazar una agenda conjunta, sin tintes electorales, sino con miras a ser verdaderos opositores a los intereses del régimen actual, de nada servirá el desgaste que cada uno tiene por su lado. Era su oportunidad de oro, y la dejaron ir, como muchas otras anteriores.

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