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Víctor Collí Ek

Democracia

Ante un fenómeno de crisis profunda de la democracia, muchas son las vías fácticas y teóricas que se han encontrado para afrontarla. Sin embargo solo algunas se han preocupado en pensar dotarla de herramientas que fortalezcan adecuadamente la participación de una ciudadanía auténtica.

Una de esas vías la encontramos en el pensamiento de la profesora de ciencia política de la Universidad de Yale, Hèlén Landemore, quien se ha preocupado por este tema por varios años, y en su más reciente libro “Open Democracy” nos enseña una versión muy madura del desenvolvimiento que ha encontrado.

El concepto central lo encontramos en “apertura”, que pretende subrayar una democracia representativa con garantía de acceso al poder de los ciudadanos, sobre diferentes vías. Por ejemplo repensar la participación por sorteo y las asambleas autoelectas. No son modelos nuevos, se ensayaron en la Grecia clásica y permitían una participación más homogénea socialmente hablando.

En el centro de su concepto de democracia representativa coloca a cinco elementos cardinales: 1. Los derechos de participación. 2. La deliberación. 3. El principio mayoritario. 4. La representación democrática. 5. La transparencia.
Una pregunta importante es ¿qué significa ser abierto?, y en ello hay diferentes relaciones que deben aclararse para poder entender mejor esta palabra.

En primer lugar está claramente su oposición con el concepto de cierre, tanto en un aspecto espacial como un aspecto temporal. En el aspecto espacial, la apertura tiene diferentes significados, como por ejemplo: porosidad, accesibilidad, participación e inclusión. Es al mismo tiempo inclusiva y receptiva a las ideas de la gente. En el aspecto temporal significa apertura y cierre, y en ese sentido adaptabilidad y capacidad de revisión significa que las instituciones democráticas deben cambiar en el sentido de la gente.

Un aspecto que distingue principalmente las características de la democracia abierta es el de la construcción de la agenda legislativa. El poder de construir la agenda legislativa se debe de convertir en accesible a los ciudadanos en cualquier momento de todo el proceso, y no solo en el momento decisivo final. La apertura viene desde la decisión de los temas a decidir o trabajar y no cerrarse más.

Ahora bien, este concepto de democracia abierta tiene algunas relaciones que ayudan a entenderla. La primera de ellas con la democracia participativa; esta última tiene como objetivo la participación masiva de las personas, lo cual no es siempre propio de la democracia abierta; la participación masiva es solo una oportunidad.

Una segunda relación se da con el gobierno abierto, sin embargo este se encuentra más enfocado hacia el tema de los datos abiertos. Su objetivo es mejorar la eficiencia del sistema gubernamental de entrega de datos, pero la democracia abierta busca fortalecer el poder de las personas, de los ciudadanos para la toma de decisiones.

Otro concepto relacionado es el que manejan los codificadores o los defensores de la autorrealización y libertad en Internet, donde encontramos la discusión del código abierto o software de código abierto. Este software o herramienta tecnológica es relevante para la apertura democrática, sin embargo el objetivo de la democracia abierta más que mejoras tecnológicas, es más acerca de principios democráticos, más teoría y filosofía política y teoría de la democracia.

Otro tema con el que está relacionado es el de sociedad abierta de la tradición liberal de Karl Popper. Este pensador define a la sociedad abierta como una sociedad dinámica, en la que el Gobierno se espera que sea responsivo, tolerante, relativamente transparente, y que los ciudadanos sean libres de usar sus habilidades críticas para criticar las leyes y las tradiciones.

Sin embargo, la democracia abierta busca ser la respuesta democrática y en muchas maneras un complemento para el concepto esencialmente liberal de la sociedad abierta. En ese sentido el objeto de la apertura es al acceso mismo al poder político.

Una relación que se podría pensar natural es con el populismo. Sin embargo, la profesora Landemore defiende que de este concepto pueden haber diversas lecturas, y aunque ella entiende que pueden haber visiones positivas, la democracia abierta no pretende entrar al debate de las sociedades democráticas, oligarquías, sino el de otorgar un más significativo entendimiento institucional de la participación popular.

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