Tribuna Campeche

Diario Independiente

La voz de los que no tienen voz | Aquí estamos de nuevo

Pbro. Victoriano Durán Muñoz

1.— Reencuentro. Después de 23 años, saludo a todos los lectores de TRIBUNA. Me dicen que este rotativo ya no se lee como antes. De hecho, siendo realistas, es posible que estemos asistiendo al funeral de los medios impresos. La era digital llegó para quedarse y parece que está empujando a la tumba a la cultura de lo impreso. Gracias a Dios, he publicado cuatro libros y los jóvenes siempre me preguntan lo mismo: “¿Ya los tiene en “on line” o sólo en físico?”.
Recuerden, chicos y grandes, modernos y anticuados, que es requisito para editar un libro “en línea” primero hacer el registro en el indautor. De otro modo, cualquiera se apropia de cualquier libro, desplazando y “demandando” al mismo autor. La piratería está muuuuuy avanzada.
2.— Saludo a TRIBUNA. Saludo desde esta página a Jorge González Valdez y a Marina de la Torre, con quienes compartí micrófonos en 1984 en la edición de mediodía de TRIBUNA informa. Saludo a todo el personal de este rotativo. Para quienes lo ignoran, el que esto escribe comenzó a publicar sus notas desde el último domingo de junio de 1984 hasta mediados de 2001, llegando a publicarse unos mil artículos aproximadamente. Primero era una nota los domingos, luego fue otra los jueves, llamada “Reflexiones sacerdotales”.
3.— Maestra Elia Esther. Del archivo personal de la maestra Elia Esther España Quiñones, de Bolonchén, fue editado el libro “Semillas al viento”, con 112 artículos de los años 90’s. Hemos recuperado unos 200 ó 300 artículos más con el propósito de publicar los volúmenes 2 y 3. Creo que el mensaje no tiene fecha de caducidad.
4.— Saludo afectuosamente a todos y cada uno de los lectores. Sé que algunos ya me daban por muerto, y lo digo en sentido literal. Corrieron varias versiones de mi muerte. La más difundida fue la que afirmaba que me operaron del cerebro y ahí quedé en la plancha. Otra, que morí de un accidente. Y la tercera, más cercana a la realidad, que morí de trombosis cerebral. Digo que ésta es más cercana a la realidad, porque de hecho, he padecido dos trombosis venosas profundas en la arteria femoral de la pierna derecha, estando en la parroquia de Huentitán el Alto, donde nació Vicente Fernández. La segunda, en 2019, en la pierna izquierda, siendo vicario en la parroquia de Santa Cecilia.
Pero… “no estaba muerto. Andaba de parranda”. Y aquí estamos de nuevo.
5.— Saludo y agradecimiento. Agradezco al maestro Gabriel Pascual Rubio, que con tantos sacrificios y a pesar de su cansancio y avanzada edad, dirige la casa de “El divino niño”, ubicada ahora en el barrio de San Francisco. Al maestro y a su familia, a todos los bienhechores, a las tías y a las y los jóvenes que la habitan, muchas, muchas, muchas bendiciones de parte del mismo pequeño gran Señor El divino Niño Jesús.
Doy mi número (3311453950) para quienes deseen hacer contacto con un servidor. Será un placer tener este reencuentro, aunque sea sólo con 2 ó 3 lectores… Pero creo que serán más de tres, muchos más de tres.

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