Versiones preliminares señalan que un testigo consiguió escabullirse
CANCÚN, Q.Roo. (Agencias).— Comando armado se llevó a ocho trabajadores de un rancho en Xcalak, al sur del Estado, así que agentes militares resguardaron el predio y comenzaron las indagatorias por desaparición forzada.
La Fiscalía de Quintana Roo informó que hasta el momento sólo se han presentado a denunciar la desaparición de tres víctimas, pero las indagatorias preliminares apuntan que en el sitio había poco más de los ocho jornaleros.
Se dio a conocer que grupo de civiles fuertemente armados arribaron por la tarde de antier para privar de la libertad a los presuntos empleados de origen maya en el inmueble localizado en Othón P. Blanco.
La Fiscalía General del Estado (FGE) aseguró que ya habían acudido agentes ministeriales para recabar los primeros indicios y entrevistas sobre lo sucedido.
Otras versiones señalan que, incluso, existen testimonios sobre presuntas ejecuciones, pero no han logrado localizar cadáveres que confirmen estos hechos, salvo las referencias de quien escapó.
Aunque las autoridades indicaron que los hechos ocurrieron el jueves, las fichas de búsqueda difundidas con base en denuncias de familiares señalan que José Luis Vallalpando Pat, de 46 años, fue visto por última vez en el 20 de junio en Mahahual.
Édgar Medina Romero, de 19, fue reportado como no localizado el 24 de junio. Según tiene tres tatuajes: una telaraña en la rodilla izquierda, una lagartija en el pecho y leyenda con su segundo apellido.
El tercero es Heber Crecencio Landeros Vidal, de 40 años, visto por última vez el 22 de junio. El hombre tiene tatuaje de mujer exótica desnuda con unas plumas en el brazo izquierdo.
La entidad se ha vuelto en los últimos años de los preferidos de los cárteles y grupos delictivos para llevar a cabo sus negocios a través del cobro de derecho de piso, la venta de droga en centros nocturnos, así como extorsión de dueños de hoteles y establecimientos.
También es codiciado por su colindancia con Centroamérica y porque representa una ruta de paso en el trasiego de cargamentos de cocaína que son transportadas en aeronaves o narcolanchas que desembarcan en las playas. La Riviera Maya mantiene su economía por la derrama que deja el turismo, pero eso no la libera de actividades criminales.
De ahí que los grupos armados se impongan para foverecer sus intereses en la frontera con países como Guatemala o Belice.
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