Tribuna Campeche

Diario Independiente

La Tirana llega a la silla

A punto de un infarto fulminante del coraje tras ser rechazada por su “pueblo” pese a disfrazarse de amarillo, la hija del Sátrapa Negro se alejó del reino que aspiraba gobernar para irse a disfrutar de las riquezas heredadas de su corrupto progenitor. Sólo regresaba a la comarca cada vez que a los nativos les tocaba sustituir al monarca. Pero era repudiada una y otra vez, debido a los genes de corrupción que llevaba en sus venas.

Sucedió entonces un día, que para que nadie la reconociera, la Camaleona se pintó el cabello de rojo-guinda, se inyectó los labios, se estiró la piel del rostro, se infló los pechos y las posaderas, y así, como bailarina exótica, pudo conseguir un Sugar Daddy que le apadrinara su carrera hasta la meta anhelada.

No fue sin embargo un camino fácil, sino plagado de corrupción. Al estilo de su ancestro, fue hacia los más pobres para llenarlos de lisonjas y cambiarle sus votos por bisuterías, a fin de acumular el boletaje que necesitaba para ganarse el derecho a ocupar la silla.

Además, compró con botín millonario a la Xamana encargada de dilucidar ese proceso, y ella le permitió hacer y deshacer a su antojo durante la campaña en que junto con otros aspirantes al trono, estuvieron convenciendo a los nativos de que cada uno era la mejor opción.  Se dice que la Xamana tenía tantos poderes sobrenaturales, que así como desapareció millones de monedas de oro, resucitó a los muertos para llevarlos a respaldar a la Camaleona.

Al final del día, la tragedia se consumó. A pesar de que siete de cada 10 nativos que acudieron a decidir quién los gobernaría, le dijeron que no al elegir otras opciones, y a pesar de que sufragaron incluso fantasmas y que los muy vivos votaron hasta en tres ocasiones, (lo que sería causal de la anulación total de los resultados?, la Xamana le alzó la mano de la victoria, propiciando que el sueño de un cuarto de siglo de la Camaleona corrupta, se viera al fin consumada.

Algo de lo que después los nativos se arrepentirían y les provocaría lágrimas de sangre. (Continuará…)

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