Tribuna Campeche

Diario Independiente

Otra terrible frustración

Los días transcurrían y la respuesta del Romeo encantador hacia su Dulcinea enamorada no llegaba. La fecha de inauguración del Ferrocarril por parte del Tatich presidencial se acercaba, y la anunciada boda entre la hija del Sátrapa Negro y el embajador parecía diluirse en una nueva frustración para ella.

De nuevo recurrió la obsesionada pelirroja a todo tipo de artilugios. Puso de cabeza a sus santos, amenazó con el destierro a su santero si no funcionaban sus encantos, envió emisarios, le canalizó todo tipo de obsequios, le hizo toda suerte de promesas, incluso que dejaría de ser tan obsesiva, tóxica y mentirosa, pero el amado “xun” no respondía.

Esta incertidumbre le generó una profunda depresión. Sus psiquiatras le  diagnosticaron un terrible cuadro de neurosis obsesiva y le sugirieron desplazar o sustituir su obsesión encausándola a otras actividades, por lo que la frustrada Dulcinea arreció los embates contra sus enemigos políticos e incluso contra sus inocentes súbditos, a quienes persiguió, hostigó y en muchos casos encarceló por la mínima falta, incluida la diversión.

Abandonó sus obligaciones de mandataria y se alejó aún más, con lo que en su pueblo se acrecentó el rezago ancestral que padece por culpa de todos sus pésimos gobernantes.

El día de la ansiada inauguración del Ferrocarril llegó. La visita del Tatich Presidencial se organizó con los paleros de siempre, y en la agenda ya no se contempló la ceremonia en que la Ratota cumpliría su obsesivo sueño de contraer matrimonio con su añorado Romeo.

Fue un evento presidencial gris y hasta deprimente. No hubo pueblo en la estación central donde el Ferrocarril partiría hacia el Reino del Faisán y el Venado y hacia el territorio del Caribe. 

La gobernante y sus secuaces mostraban caras largas porque una vez más, el capricho de la ya anciana fifí no se había cumplido, y en esta ocasión no habría manera de sustituir su frustración con un nuevo juguetito.

Empezó a diseñarse entonces la venganza de la frustrada y senecta mandataria. Ordenó que todos aquellos que habían sido llamados para ser parte de su gobierno por recomendación expresa de su “legítimo xun” fueran expulsados y hasta sancionados, acusándolos de haberse apoderado de parte del tesoro del reino, y de todo tipo de delitos inventados.

Los pupilos de su amado Romeo, convertido ahora en frustrado esposo, fueron desterrados del reino de la Culebra y la Garrapata. Algunos terminaron en la cárcel. Otros más se aliaron con los enemigos de la senecta gobernante, y se sumaron a quienes empezaron a planear la mejor estrategia para derrocarla…

(Continúa…)

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