Tribuna Campeche

Diario Independiente

El peor Gobierno

En tan solo dos años y medio, esta administración estatal se ha catapultado sin lugar a dudas, como el peor en toda la historia política de Campeche y en un inmejorable ejemplo de lo que son los Gobiernos morenistas: arbitrarios, prepotentes, soberbios, mentirosos, corruptos, traidores, nepóticos y sordos ante el reclamo popular.

Bien dice la gente que ha acudido a las marchas en apoyo a los policías, o los que en el transporte urbano comentan sin empacho las noticias del día: “el Gobierno de Campeche no se parece en nada al de López Obrador;  ni Layda es como su papá, es peor de corrupto y traidor”.

Y sí, ni cómo defenderla, admite una señora de la tercera edad: “Yo soy morenista de hace muchos años, y he votado siempre por el Peje, pero Layda me decepcionó desde el primer día de su Gobierno, al traer a pura gente foránea que ni siquiera votaron por ella porque sus credenciales de elector son de otros estados y no sabemos qué favores les deba porque los defiende a morir”.

Es un sentimiento de decepción y desencanto hacia esta Administración Estatal que se ha multiplicado de manera impresionante en las últimas semanas, y que con el conflicto con los policías ha servido de catarsis para que los campechanos salgan a las calles a manifestar su verdadero sentir hacia este Gobierno de mentiras y traiciones.

Movimiento que se ha convertido en un peligro para el partido en el poder porque la rabia, el coraje que ha generado la Gobernadora en el pueblo, difícilmente cambiará, aún cuando sus operadores políticos y su propio partido repartan grandes cantidades de dinero para que voten a favor de sus impresentables candidatos, como Jamile Moguel en Campeche, a quien por cierto los marchistas que salen a protestar ya repudian masivamente.

De la misma forma como miles de campechanos han salido a las calles a defender la causa de los policías, deberían empezar a organizarse para hacer acto de presencia en las casillas el próximo 2 de julio, no solo para sufragar y aplicar el voto de castigo, sino también para defender el  sufragio libre y secreto, para vigilar que el recuento se haga sin trampas, y que el traslado hasta los consejos municipales no se desvíen para sustituir las urnas originales con otras que ya pudieran estar alteradas para favorecer a los candidatos guindas. Que no se olvide que  el Gobierno ya tiene el control de los consejeros electorales estatales para hacerse de la vista gorda.

Los campechanos ya sabemos cuál es el partido que nos ha decepcionado, que nos ha defraudado, que se ha burlado de nosotros, que prefiere a los foráneos que a los campechanos, que ha puesto oídos sordos a nuestras demandas, y que defiende la corrupción de Marcela en lugar de la honestidad de nuestros policías. Y contra ese partido, voto de castigo.

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