Honor a su apellido

“A quienes conocimos de cerca el hacer y el quehacer del Sátrapa Negro, sus traiciones, su actitud vengativa, revanchista, rencorosa y su enorme corrupción, no nos sorprende la actitud que está teniendo su hija en el desempeño de sus labores como gobernanta”.

Así se expresa, con total seguridad, don Julián, el viejo sirviente de la Mansión Blanca del Sátrapa Negro, quien rubrica: “En realidad la Tía Loca sólo está haciendo honor a su apellido; está dándole lustre y brillo a su linaje y estirpe”.

Don Julián recuerda que en la familia de la gobernanta ha habido asesinos, ladrones, defraudadores, mentirosos y traidores, de manera que si esa misma actitud vemos en la Tirana de Palacio, es porque trae en la sangre todos esos genes que la inducen a incurrir en el mal.

Don Julián hace un pequeño recuento: “Su tío Gregorio mató al presidente municipal de Campeche, Arturo Vázquez Marina, por el sólo hecho de querer ser gobernador del Estado”.

Su padre, el cacique negro, como lo llamaba el periodista Carlos Loret de Mola, ordenó el asesinato del señor Javier Herrera, presidente del PRI municipal de Dzitbalché, por el control de las candidaturas municipales.  Los autores materiales señalaron al viejo sátrapa como el asesino intelectual. ¿Le hicieron algo? No. La impunidad lo acompañó toda su vida.

Traicionó a los gobernadores Alberto Trueba Urbina y Manuel López Hernández cuando se dedicó a vender presidencias municipales, y amasó una gran fortuna mediante actos viles de corrupción.

Su hija, añade el viejo narrador, sigue su ejemplo, pues según fuentes oficiales, adquirió terrenos en dos pesos el metro cuadrado; reportó 34 propiedades sin definir el uso y el origen; oculta 26 de sus 34 propiedades y por ejemplo, en un solo día compró 6 terrenos por 18 centavos el metro cuadrado. En sus terrenos pueden construirse hasta 39 mil casas del Infonavit

Así que cuando la Tía Rata habla de honestidad y que llegó al Gobierno para combatir la corrupción, se muerde la lengua y confirma que es mentirosa profesional.

Que nadie se espante si la Tirana sigue mintiendo; si ordena el ataque contra los líderes del movimiento policiaco, y contra los representantes de las asociaciones civiles que les han llevado comida, agua, refrescos y otro tipo de ayuda. Hay que prepararse para sus coletazos de dinosauria, porque sabe que esta batalla la tiene perdida.