Tribuna Campeche

Diario Independiente

Sin maquillaje

El pasado viernes 5 de abril, por la noche, la Tía fue a visitar a los familiares de los brigadistas que hacían guardia en la explanada del Hospital de Especialidades, en espera de información sobre el estado de salud de sus parientes, brigadistas de Morena, que sufrieron un accidente cuando viajaban a un evento de la candidata a diputada federal por el Primer Distrito por ese partido.

Como ya se ha difundido ampliamente, del accidente ocasionado por un muchachito inexperto a quien dieron a manejar una camioneta y lo mandaron a Hopelchén, como chofer de un grupo de brigadistas, falleció una mujer y hubo al menos tres heridos más, algunos muy graves.

A ellos, a los heridos y a sus familias fue a visitar la Tirana del Palacio en un montaje al estilo Loret de Mola, para intentar generar simpatías entre la gente, y presentar a la mandataria como persona sensible y preocupada por sus compañeros de partido. 

Ojalá así se hubiera preocupado por los 27 policías que salieron lesionados tras el fallido operativo en el penal de San Francisco Kobén por culpa de la comandanta Marcela. Pero no, a ellos, a los policías no los visitó ni mandó que les prendieran veladoras en la explanada del nosocomio con la payasa de Jamile al frente.

Por el contrario, los ha difamado, calumniado y castigado, al grado que a seis de ellos, entre ellos una mujer, les suspendió el pago de sus sueldos. (¡Qué buena persona es la gobernadora!).

Las hipócritas “muestras de respaldo y de solidaridad” para con los morenistas accidentados y para con sus familiares fueron tan sobreactuados, que pocos campechanos creyeron el cuento, a pesar de que le dieron amplia difusión en las páginas digitales panfleteras al servicio del Gobierno del Estado.

Por cierto, la Tía llegó a esa visita sin su acostumbrado glamour y elegancia. Con un batón arrugado y espantoso, sandalias caras pero mal calzadas, cabello revuelto, descuidado y maltratado, y cero maquillaje, lo que demuestra que a la señora la obligaron a presentarse a ese teatro mal actuado para causar lástima y sondear si ya empieza a recibir muestras de cariño y apoyo de la gente. Pero no, sólo le aplaudieron sus funcionarios, sus incondicionales, y sus bots a sueldo.

Pero dejando a un lado lo maltratado que resultó la estética en ese evento, hay que admitir que la Tía se vio mejor así, sin maquillaje. Tal cual es. Acorralada, entrampada, súper estresada, cansada y vieja a consecuencia de su soberbia, terquedad, tozudez, ineptitud y de tantos y tantos errores que ha cometido en estos dos meses de gobierno.

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